16 de febrero de 2018

Mala pata


Muchos creyeron que fue mala pata encontrarme aquella tarde con él, siendo tan pequeña. Sin embargo, ahora, casi veinte años después, casada y con hijos, mi imaginación resplandece y se esponja con el recuerdo de aquel día, de aquella tarde.
Encuentro la caja, la caperuza roja y, en un santiamén, me asalta la imagen de mi travieso y travestido lobo, a punto de posar sus labios en mi piel para hincarme el diente, para al final no hacerlo.
No, la historia que contamos y que quisimos que transcendiese no es la que yo recuerdo.

(microrrelato seleccionado por la editorial El Libro Feroz en el concurso “100 instantes en un santiamén” para formar parte de una antología, antología que ya está a la venta en este enlace)

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