Disfrutaba
viendo el modo en que el cielo sobre mi cabeza se iba llenando de color y de
vida. Creí ser un espectador de excepción y tener la suerte de asistir al
milagro de la creación mientras él concretaba mi mundo, hasta que su mano firmó
en la esquina del cuadro, puso una fecha y me inmovilizó.
Ohhhhh qué firma más aterradora.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Sorprendente.
ResponderEliminarBesos.