Me
habían comentado que era una experiencia única. Mucho más divertido y
sorprendente que un juego de escape, decían algunos. Interactivo, apuntaban
otros, pero exigente e intenso. Incluso hubo quien comentó, mientras el resto
de oyentes asentía, que era un alucinante ejercicio de colaboración.
Sin
embargo yo no acababa de decidirme y por eso no extendía mi muñeca para pagar
con el microchip alojado en ella la descarga de esa aplicación que estaba en boca
de todos. No comprendía con claridad el mecanismo del juego y las reglas,
pensaba que a mis amigos les faltaba concreción y seguía sin saber qué
encontraría tras el pago y el correspondiente registro, qué debía esperar al
ingresar en ese juego de inmersión del que hablaban todos y que se llamaba
Familia.
Ayvalaleche :O
ResponderEliminarQué buen final, Luisa. Me has dejado sin palabras. Bueno, sí, solo se me ocurre decir "Excelente"!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Qué bueno!
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