25 de febrero de 2021

Yo, Tonia


Te recibo a ti, Berto, como esposo y me entrego a ti…
Acababa de decidir que nunca diría esas palabras y la sorpresa era que no lo lamentaba, que no se sentía traicionada, no totalmente.
Permitió que en la habitación contigua la pareja llegase al clímax y solo entonces entró, para dejar el anillo sobre las sábanas y largarse antes de que él empezase con las acostumbradas excusas.
En cuanto a lo del chiquillo que llevaba en las entrañas, detalle que había ocultado a todos, ella se ocuparía de que jamás pudiera reclamárselo; de hecho, y desde hacía solo unos minutos, Berto había dejado de ser el padre y es que como él mismo diría: “no es lo que parece”.   

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