-Sí,
papá, pero, ¿y esa?
El
hombre la miró con los ojos vacíos.
-¿No
la ves, papá? La pelota azul ha caído junto a tu silla. ¿Me la das?
Los médicos habían dado su
diagnóstico, le habían contado con todo lujo de detalles como la enfermedad iba
a hacer mella; y exactamente fue así, a medida que los días pasaban, ella
estaba más irritable y confundida, presentaba cambios de humor y hasta algunas
pérdidas de memoria, sentía la necesidad de alejarse del mundo para estar con
su padre cuanto tiempo pudiera.
Luisa, detecto un par de pacientes y es atractiva esa idea. Que para curarse o para perderse irremediablemente recurra a su padre enfermo. Me gusta.
ResponderEliminarA veces solo regresar a los orígenes nos salva de nuestros problemas, o quizás no.
Buen micro.
Abrazos.
Buen comentario, gracias
ResponderEliminarHola Luisa,
ResponderEliminarsí buen micro, con profundidad.
Aprovecho para felicitarte por la maravillosa idea de los micros ecologistas que tuviste. Quién iba a decir que acabarían en el maravilloso libro que está a punto de aparecer...
Un beso
Necesidad de alejarse del mundo para estar con su padre ¿lo conseguirá? Tal vez en esa enajenación haya algún punto en el que puedan encontrarse los dos.
ResponderEliminarBesos Luisa