Una siempre sueña con poder hacer
aquello para lo que nació varias veces a lo largo de la vida, pero para eso es
preciso que la suerte alguna vez la señale y la elija; y afortunadamente para
mí, ese día llegó.
No tengo palabras para explicar como
me sentí en ese momento: emoción, alegría y… una buena cantidad de responsabilidad.
Creo que de lo que se trata ahora es
concretar qué se va a hacer, cuál es el objetivo común o en qué se va a
trabajar. Supongo que para empezar es importante recordar lo siguiente: somos
más o menos cien palabras y estamos dispuestas a lo que sea.
Luisa, me gustan mucho los juegos intertextuales entre el escritor, su obra, los lectores... En este caso, además, se le añade una buena sorpresa final.
ResponderEliminarSi yo tuviera la suerte de que la lotería me sonriera con un buen pellizco, a buen seguro le lanzaría a la mala vida :p.
Abrazos.
Un juego muy ingenioso. A mi que me tocase la loto si jugase y verás la de palabras que sacaba. No sé si serían buenas, pero la de ellas que iba a sacar.
ResponderEliminarSer una palabra de una buen microrrelato es una suerte.... si eres palabra, claro.
ResponderEliminarEs posible que nosotros tengamos más posibilidades de que nos toque la loto que ella. No se. Hay suficientes microrrelatos??? Y suficientemente buenos???
Gracias por pasaros por aquí. Qué suerte.
Qué perspectiva más original! Juegas a liarnos y hasta el final nos haces creer otra cosa. muy ocurrente.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa
Hola, Luisa.
ResponderEliminarMe gustan esas cien dispuestas a lo que sea, incluso a dar guerra.
Muy ingenioso, te felicito, y me apunto al club de seguidores.
Besos, guapa.
Es muy bonito tu micro y además, llegamos al final sin saber que es lo que nos cuentas. Me encantan los micros con esos finales.
ResponderEliminarBesicos muchos.