8 de enero de 2015

Icebergs

imagen de Rosa Iglesias








Mi mujer siempre dijo de mí que era un hombre frío, como me lo comentó de ella cuando nos la cruzamos en cubierta. Sin embargo, en cuanto nos miramos, nuestros ojos se encendieron.
Hoy, haciendo caso omiso de las carreras y de los gritos, nos zambullimos el uno en el otro; y mientras el barco se mueve y hace que nuestros cuerpos bailen sobre la cama, peleamos el frío del agua con el calor de nuestros besos.
Ya queda poco. No tenemos mucho tiempo.
Nos ahogamos el uno en el otro, nos fundimos en un abrazo, buscamos oxígeno en la boca del otro persiguiendo ser uno, siéndolo.

(microrrelato escrito para Esta noche te cuento, mes de noviembre, tema: “en el camarote 115 del Titanic”)

8 comentarios:

  1. Pues no es mal naufragio, Luisa, je je. Puestos a ahogarse...
    Abrazos.

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  2. Si, en esas circunstancias, es el único buen final posible. O, al menos, no se me ocurre otro.
    Gracias

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  3. Felicidades Luísa, es uno de los relatos que más me han gustado de esta apuesta.
    Besicos muchos.

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  4. Eres muy amable, pero los había mejores, ya te digo.
    En todo caso, gracias, anima mucho leerte.

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  5. Podría comentarse con el título de la última novela de Rodrigo Cortés: "Si Importa el modo en que un hombre se hunde"

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  6. Uy Luísa, si he de ahogarme quiero ahogarme así.

    Abrazos.

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  7. Ese "siéndolo" conmueve, envuelve y revuelve. Preciosa tu propuesta, Luisa. Enhorabuena.

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  8. Miguel, importa y mucho el modo en que uno se hunde, y a muchos. Buen comentario, el título es fantástico.
    Yashira, cuánto tiempo!!!!
    Piel de retales, lo importante es participar... porque no siempre se puede. ¿No crees?
    Gracias a todos.

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