Habían
sido años de oscuridad y de inactividad, encerrado entre dos paredes, viviendo
una vida para la cual no había sido imaginado.
Salió
de entre las páginas del libro, se dirigió hacia el borde de la estantería, un
acantilado, y la visión de los cientos de libros apilados, llenando todo el
espacio visible, lo paralizó.
Se
puso a pensar durante un momento. Quizás no en todos ellos había vida, quizás
fuese más difícil de lo que había creído; pero enseguida supo que no podría
seguir esperando.
Miró
un momento hacia atrás. Vio como su eterno enemigo se acercaba a la que había
sido su novia desde hacía años, el muy miserable, y, tras leer el título del
primer libro que estaba a su derecha, se zambulló entre sus páginas.
Qué bueno, Luisa! Escapar del propio destino, nunca fue tan fácil!
ResponderEliminarBesos
¿Dónde habrá ido a parar? Eso da para otro microrrelato, eso sin hablar de la historia despojada de uno de sus protagonistas que ha dejado detrás.
ResponderEliminarPuf, un lio
Luisa, a veces una huida a tiempo es una victoria segura. En este caso tu personaje, el protagonista de esa novela, consigue escapar y a ver cómo se desenvuelve en ese otro título.
ResponderEliminarMe gustan los juegos metaliterarios, son muy agradecidos.
Abrazos.
Me encanta esta transmutación de personaje literario a persona en vida que escapa de su imaginario (que curiosamente no fue creado para él) y quiere dar ese salto al vacío. Y acaba regresando a las páginas de un libro de vida ¡quién sabe si enamorado o deseando salir de esa vida que tampoco fue creada para él!
ResponderEliminarMuy buena idea, ¡buenísima!
un besazo y únicamente .... no repetería la palabra: "imaginado"....
Gracias por el comentario, que he seguido.
ResponderEliminarEspeero que esté mejor así.