22 de abril de 2016

Talión

Abrió los ojos y sobre él cayó una resaca mayúscula. Lo de siempre, pensó, lo que es justo después de una semana de trabajo de mierda. Se levantó no sin esfuerzo y fue hacia el cuarto de baño; una buena ducha, unos tragos largos de agua y volvería a ser el mismo, listo y preparado para la siguiente juerga
Fue al empezar a extender el jabón por su cuerpo cuando sintió algunos dolores. Tras proferir los tacos habituales resumió: “como si me hubieran dado una paliza”. El contacto vigoroso de la toalla no mejoró la cosa. Limpió el vaho del espejo y se miró: un ojo a la funerala, el labio partido y un morado prometiendo ir a peor. De repente tres piezas parecieron encajar en su cabeza: el acoso de la desagradable gitana, la maldición que le había dedicado y la paliza que había dado a su mujer al volver a casa, como cada vez que bebía.
Salió del baño. Ella sonreía.  

3 comentarios:

  1. Esta vez parece que se ha hecho justicia.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Justo es que en esta vida, antes o después, cada uno reciba lo que merece.
    Un abrazo, Luisa

    ResponderEliminar
  3. Excelente micro. Aparte de eso, el Talión no es justicia, si no logra el cambio de actitud. Es mera venganza, una entrada a un círculo tenebroso de violencia.

    ResponderEliminar