Cuando llegó a la fiesta su aspecto era inmejorable.
Escritos en su cara estaban los negocios en los que andaba su marido, el dinero
invertido en tratamientos estéticos, la casa con personal de servicio, los
exclusivos internados en los que estaban siendo educados sus hijos.
Algunas horas más tarde, el maquillaje parecía haberse
desplazado de forma incontrolable por su cara y no hacía más que repetir, en un
tono demasiado alto, que estaba bien, muy bien, como si intentase convencerse a
sí misma de algo, mientras tropezaba con el aire, se reía sola y hablaba con
nadie.
Ante tan
desafortunado espectáculo, todos los que estaban allí, incluido el hombre con
el que había llegado, le dieron la espalda. Porque no era de buen gusto airear
desgracias, porque habían construido juntos un mundo casi perfecto al que no
convenía afearle, porque aquel no era ni el momento ni el lugar para
desahogarse y, sobre todo, porque aquella era una fiesta encantadora y no la
reunión de amigos en la que ella creía encontrarse.
Fue quizás la
última fiesta en que la vieron. Nadie puede confirmarlo. Pasó el tiempo y
simplemente la olvidaron.
Me gusta como describes esa superficialidad en la que están instalados.
ResponderEliminarAbrazos Luisa.
Me gusta cómo describes la vida de alguien a través de los estados del maquillaje. Quizá al final la historia pierde fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo
Como la protagonista, quizás sea esta la última fiesta en la que se pueda leer este micro, casi seguro, pasará el tiempo y lo olvidemos, también yo.
ResponderEliminarGracias por la visita a ambos, por comentar.
Me ha gustado mucho este relato Luisa. Tanto el tono, el desarrollo como el final están muy logrados, como ya nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Luisa, después de leer tu micro, tengo pendiente enviarte uno que ayer leí en el que la "alta sociedad se cae a pedazos". De verdad que me gustó tanto, que hoy al leer el tuyo, estaba preguntándome si te habrías inspirado en el que yo digo.
ResponderEliminarMe ha gustado Luisa y me apunto en pendientes el envío ¿vale?.
Por cierto en mi blog, te preguntaba qué ocurrió de la publicación de la carrera verde, porque llegó el verano y me descolgué un poco y luego el regreso ha sido como un sprint en setiembre sin apenas tiempo para mí. Ya me dirás amiga. Un besote.
Por eso, solamente voy a fiestas donde no esté yo. Al fin y al cabo, yo mismo me he olvidado, imagina los demás.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
No conviene ser tan perfectos, sobre todo para la salud emocinal...
ResponderEliminarBesos desde el aire