10 de octubre de 2013

Como otro cualquiera

Vian, un científico como otro cualquiera, quiso ganarse la fama construyendo la máquina definitiva: la maquina de la felicidad, un aparato con el que podía destruir recuerdos a voluntad; y, cuando la tuvo ante sí, estaba tan seguro de ella y de su éxito que no dudó en convertirse en  conejillo de indias. El procedimiento era sencillo: se enfrentaban dos recuerdos y el peor era borrado de la mente.
Fueron días de trabajo constante pero al fin Vian, un científico como otro cualquiera, logró tener ante sí sus dos últimos recuerdos. Tomó aire, eligió con cuidado y puso la máquina a funcionar por última vez. Poco después, mientras su rostro adquiría una sonrisa bobalicona, Vian empezó a sentir miedo, un miedo enfermizo por perder el único y glorioso recuerdo que poseía.
Sí, lo has adivinado, ésta es la historia de Vian, la historia de cómo se gestó un tonto, un tonto como otro cualquiera.

10 comentarios:

  1. Si conseguir la felicidad es esto, me conformo con solo buscarla.
    Una historia de pensar Luisa.
    Abrazos.

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  2. La búsqueda de la felicidad a través de la eliminación de recuerdos malos, es un lujo sólo al alcance de un científico un tanto tonto, desde luego.

    De nuestros recuerdos malos aprendemos a hacer más positivos los buenos. Eliminarlos sólo serviría para eliminar esa parte de nuestra memoria que nos protege en el siguiente tropiezo.

    Un abrazo Luisa por este buen rato que me he pasado junto a tu personaje Vian. (Por cierto un nombre muy original, ¿dedónde es?) Besos

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  3. Somos eso, la suma de nuestros recuerdos. Si los perdemos, no somos...

    Besos desde el aire

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  4. Gracias. Estoy un poco pillada de tiempo y no estoy con vosotros en donde debiera, aquí o en vuestros blogs. Espero que sepais disculparme.
    Vian?? Ni idea, creo que siempre supe que se llamaba así, quizás lo oí en alguna parte.
    Un beso y que la memoria esté con nosotros, para aprender, para saborear, para vivir.... esas cosas

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  5. Que vuelta de tuerca en el final. Buscar es la meta y que no falte la busqueda, sea como sea. Me gusta mucho como lo haces,
    Besicos muchos.

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  6. Para reflexionar da este micro. Y mucho. A veces tenemos la felicidad más cerca de lo que pensamos.
    Besos.

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  7. De esos micros tuyos que uno no debe perderse...
    Me gustó.

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  8. Con qué sutileza has ido ensamblando tu micro para llegar a ese sorprendente final. Su comienzo estilo cuento clásico, el desarrollo con esa dosis de angustia al ver como el personaje se va destruyendo y el final...
    Me ha encantado Luisa..

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  9. Me has tenido encandilado a la espera de un gran logro. Quizás lo consiguiera, pero ha sido justo el final. Hay demasiados tontos que piensan en logros, medallas y honores. La ciencia es mucho más que eso. Pero el hombre sigue en sus trece, ser los más del universo. La pura realidad del día a día.

    Un saludo

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  10. La felicidad no está en un átomo, ni en un logro, ni en nada que no seas tú consecuente.

    (Lo mismo añado algo más, me bulle dentro)

    Un abrazo.

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