El
duende y el hada
El duende le dijo al hada.
- ¿Por qué no procreamos?
-No, porque saldrían
Duendehadas. Y a los niños actuales se les tienen comida tanto la cabeza con
tantos muñecos raros que acabaran pensando que formamos parte de un videojuego.
Peligro
de incendio
Sentí el roce de tu piel
sobre la mía, y ese calor magnífico que desprende tu seno. Solo con mirarme me
encendí, y tú sabes bien que luego cuesta apagarme. Y por mucho que se lo
explique al forestal no me va a entender. Será la tercera multa por peligro de
incendio en el bosque. Y mira que tú bien lo sabes cómo me pongo. Ya no volveré
más contigo por estos parajes. Siempre me haces lo mismo, y estoy sin blanca.
El
ermitaño
Meditó unos segundos sobre
su camino en la espesura del bosque, y se extinguió.
Últimos
lugares
A los tres segundos abrió
los ojos y comprobó que era la última imagen que iba a ver en sus retinas. La
hizo tan suya, que aun hoy, a pesar de no existir aquel lugar, sus ojos
proyectan la imagen del olvido.
Reencarnación
Las hojas lanceoladas se
movían al compás del viento, en una harmonía acompañada por el silencio del
bosque. Una paz inmensa en medio de este vergel que se erige en plena
naturaleza montañosa que me vio nacer. La putada es que vuelvo a ser un
escarabajo y estoy harto de la mierda.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis
Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)
Preciosos micros, me ha gustado mucho el primero. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracies, gracias, merci... nos seguimos.
ResponderEliminarUn abrazo.