Eligieron
el lugar más alto de la comarca. Construyeron en él un castillo con una torre
del homenaje y un patio de armas. Al edificio lo rodearon de una muralla.
Alrededor cavaron un foso y lo llenaron de agua. Levantaron el puente levadizo,
bajaron el rastrillo y se sintieron a salvo.
Después
los soldados, un turno tras otro, comenzaron a vigilar desde las almenas todos
los movimientos que se producían en el valle. Fue así como vieron, de primera
mano, a las tropas enemigas acercándose desde un lado del horizonte para
después alejarse por el lado contrarío, no sin antes alcanzar la posición de la
fortificación y pasarla de largo.
Imagen de la que nació el microrrelato |
(microrrelato enviado al portal literario Mundo Palabras y que forma partedel "Libro Mp de microrrelatos del trimestre
octubre-diciembre del 2013”)
Deja con cierto aire de pasmo divertido. Me gustó y sorprendió.
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