28 de septiembre de 2015

La faena

“Una vez se ha decidido a acabar con el animal, lo primero es situarlo en el lugar en el que, estando menos a cubierto, baje la guardia y esté más quieto; para lo cual es útil haber estudiado sus querencias con anterioridad. De este modo, estando la víctima cómoda y descuidada, el matador esperará a que el animal se humille, es decir, a que baje la cabeza, para lanzar la estocada que ha de ser recta y precisa, siendo la más valiosa y certera aquella que cae en medio de la cruz de los omóplatos. Sin embargo es normal que, aunque la estocada esté bien ejecutada, haya que recurrir al descabello, maniobra cuyo único objetivo es ahorrar en tiempo y en sufrimientos.”
Con un trapo en la mano izquierda y un cuchillo en la derecha, vestida de color grana, Matilde entró en el comedor. Eran las cinco de la tarde. Silencio.

8 comentarios:

  1. Después de esa excelente crónica taurina el remate es de oreja y rabo. Luisa como siempre, es un placer pasar por tu espacio.
    Besicos muchos

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  2. Vaya faena que está a punto de acometer esa mujer, igual esta motivada por algún tipo de cuernos, quién sabe.
    Un saludo

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    1. Quizás sea lo de los cuernos. Y si fuese así, sería curioso, ella con cuernos pero el toro, el que va a ser tratado como un toro, es él.
      Gracias

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  3. Con un tono y un lenguaje propios de la acometida, me has llevado al final. Y donde esperaba torero, encuentro mujer envalentonada. Y donde esperaba toro, encuentro marido. Buen micro para un lunes Luisa. :) :) Sonríe mucho. :) :)

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  4. Sonrío lo que puedo y... los lunes, gracias a tí, lo haré más.
    Un beso, Luisa

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