9 de diciembre de 2013

Llegó su hora

ilustración de Sara Lew
          El verdugo siempre había sido muy puntual y no iba a dejar de serlo esa mañana. Miró el reloj, dejó que sus ojos registrasen el amanecer, comprobó el nudo de la soga y empujó con los pies la silla que le sostenía.
Fue una ejecución curiosa, dentro de una casa, sin público y a solas.

(microrrelato escrito para la propuesta de ENTC del pasado mes de octubre, cuyo tema era: “cita con la muerte”)

3 comentarios:

  1. Dura tu apuesta Luisa, bastante dura.
    Besicos muchos.

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  2. Siempre me pregunto qué pasará dentro de una persona para ver el suicidio como la única solución.

    Abrazos aterrados.

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  3. No se por qué me he preguntado que por qué lo haria, quizas no tenia nadia a quien ajusticiar esa mañana, por remordimiento, es lo q ordenaba un juez...

    Besos!

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