Nouvelle couisine
Sometida bajo presión mediática la seta ofrece todo su
esplendor a cuantas cámaras se acerquen a observarla. Sabe que es la más grande
de toda la zona, la más esplendorosa, exuberante y fotogénica. Sabe a ciencia
cierta que no hay nadie como ella, que todos quieren posar las piernas a su
lado para comprobar lo magnífica que es. Mientras ella se regocija en sus
grandezas el resto saben dónde va a ir a parar. Y callan silenciosas, en una
espesa bruma que las conecta en la ironía, engrandeciendo a la lustrosa seta.
Ella coge con agrado las palabras de elogio y los piropos. Todas saben el
satírico final que le espera, aunque
ella diga que se va de viaje a Paris a conocer a un gran maître.
Aplastamiento
Los esporangios producen esporas que se diseminan por
el aire gracias al viento, que las
esparce hasta que son depositadas en lugares lejanos para iniciar el camino de
una nueva vida, que nacerá, crecerá y se reproducirá en lo que es llamado el
ciclo vital de la vida. A veces este camino queda truncado, cuando viene
alguien después que tú y te aplasta con su pie hasta dejar diseminados tus
anhelados filamentos en los cuales has depositado parte de tu vida, en la que
creías, y que el imbécil de turno se cruzó en tu camino y creyéndose cesar de
un imperio se adueñó de cuanto quiso. Menos mal que siempre queda algo, aunque
sea el remordimiento, y la complacencia de verle caer al foso más tarde o
temprano.
Texto: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía hecha por
Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)
Gracias por este espacio.
ResponderEliminar