19 de mayo de 2016

VI Microquedada: guardando historias (III)

Tras el paréntesis de ayer, porque ni los extraterrestres ni el fin del mundo esperan, sigo con mi particular crónica de la quedada.
Toca ahora el turno del tuneado que llevé, un cerdito-hucha negro con empacho de microrrelato y un corazón muy grande, rodeado de Lacasitos. Fue a parar a las manos de Izaskun Albéniz (tienes que pasarte por su blog, que es de lo más completo); aunque cabe la posibilidad de que las chocolatinas fuesen engullidas por su hijo, lo que haría que mi humilde regalo lo fuese para dos personas.
El microrrelato en el interior del cerdito es éste:

 


 Alrededor del corazón
De los microrrelatos, como de los cerdos, todo debe de ser aprovechable. Del mismo modo que todo, o casi todo, sirve para alimentarlos.
Un costillar de verbos y sustantivos, solo los indispensables, rodeado de un escaso número de adjetivos y complementos, para que el texto tenga la cantidad justa de grasa. Después, solo si se dan las condiciones adecuadas, sea por pura chiripa o porque ya se tienen las suficientes tablas, puede acabar por descubrirse que se ha gestado un jamón, un lomo o una paletilla, con el que se acaba ganando un concurso literario.
Pero antes incluso de haberlo escrito, de poder leerlo de corrido, es preciso poner el foco en el autor, en el único responsable del texto, desde la cabeza o título y hasta el rabo; la persona que ha tenido que escribirlo con sus propias manitas, quizás hincando el codillo (solo uno y durante un rato), puede que echándole morro y poniendo las orejas para acabar cazando algunas palabras que le inspiren o dándole a la lengua con unos y con otros y sin reparo; esa persona que no ha esperar nunca ni dinero ni chuletas ni nada, que se puso a escribir solo por el placer de poner una palabra detrás de la otra y asistir al indescriptible espectáculo de ver cómo, una vez hecho el trabajo, empieza a latir, todo corazón, el microrrelato.

6 comentarios:

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  2. Que gran relato, Luisa, y qué pena que no pudiéramos disfrutar todos allí de él. Besos

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    1. Pero disfrutamos, ya te digo si lo hicimos. Fantástica bengala!

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  3. Un regalo precioso, Luisa. Lleno de amor.por los cuatro costados. Corazón de.tiza, amor por los micros...y tú que eres todo cariño.
    Muchas gracias por el tuneado y por tus palabras.
    Muacsssssd

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  4. No me dio mucha pena por los Lacasitos, porque fueron a buen estómago.
    jejeje
    besos y besos

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