Tras el paréntesis de ayer, porque ni los
extraterrestres ni el fin del mundo esperan, sigo con mi particular crónica de
la quedada.
Toca ahora el turno del tuneado que llevé, un cerdito-hucha negro con empacho de microrrelato y un corazón muy grande, rodeado de
Lacasitos. Fue a parar a las manos de Izaskun Albéniz (tienes que pasarte por
su blog, que es de lo más completo); aunque cabe la posibilidad de que las
chocolatinas fuesen engullidas por su hijo, lo que haría que mi humilde regalo
lo fuese para dos personas.
El microrrelato en el interior del cerdito es éste:
Alrededor del corazón
De los
microrrelatos, como de los cerdos, todo debe de ser aprovechable. Del mismo
modo que todo, o casi todo, sirve para alimentarlos.
Un costillar de
verbos y sustantivos, solo los indispensables, rodeado de un escaso número de
adjetivos y complementos, para que el texto tenga la cantidad justa de grasa.
Después, solo si se dan las condiciones adecuadas, sea por pura chiripa o
porque ya se tienen las suficientes tablas, puede acabar por descubrirse que se
ha gestado un jamón, un lomo o una paletilla, con el que se acaba ganando un
concurso literario.
Pero antes
incluso de haberlo escrito, de poder leerlo de corrido, es preciso poner el foco
en el autor, en el único responsable del texto, desde la cabeza o título y
hasta el rabo; la persona que ha tenido que escribirlo con sus propias manitas,
quizás hincando el codillo (solo uno y durante un rato), puede que echándole
morro y poniendo las orejas para acabar cazando algunas palabras que le
inspiren o dándole a la lengua con unos y con otros y sin reparo; esa persona
que no ha esperar nunca ni dinero ni chuletas ni nada, que se puso a escribir
solo por el placer de poner una palabra detrás de la otra y asistir al
indescriptible espectáculo de ver cómo, una vez hecho el trabajo, empieza a
latir, todo corazón, el microrrelato.
:)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarQue gran relato, Luisa, y qué pena que no pudiéramos disfrutar todos allí de él. Besos
ResponderEliminarPero disfrutamos, ya te digo si lo hicimos. Fantástica bengala!
EliminarUn regalo precioso, Luisa. Lleno de amor.por los cuatro costados. Corazón de.tiza, amor por los micros...y tú que eres todo cariño.
ResponderEliminarMuchas gracias por el tuneado y por tus palabras.
Muacsssssd
No me dio mucha pena por los Lacasitos, porque fueron a buen estómago.
ResponderEliminarjejeje
besos y besos