18 de julio de 2011

Caso cerrado

            Acabé por eliminarla. Es cierto que para hacerlo tuve que eliminarlo a él pero, después de haber llorado su pérdida, he dejado de sentir la presencia constante de la sospecha, rondándome. Ahora estoy tranquila, estoy bien: él no me pone los cuernos, no va a hacerlo nunca, y yo soy inocente tanto como la policía cree.
            Quizá no lo sepan nunca pero la culpa fue de él.

(microrrelato presentado sin éxito Concurso ImaginArte Minificciones en Cadena)

(ésta es una entrada programada porque estoy de vacaciones, pero agradeceré que dejes un comentario, como siempre)

2 comentarios:

  1. El quid de la cuestión es si había astas o no. Y si las había, antes de eliminarlo podía haberse cuestionado el motivo de su existencia.

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  2. Con manías de preocupona.
    Primero los celos, luego los cuernos y ahora las culpas.

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