Al intentar buscar una nueva posición en el sofá que ocupaba, se dio cuenta de que su cuerpo se había unido a él y ahora eran inseparables.
Sin embargo pronto se tranquilizó, en cuanto comprobó que podía seguir haciendo zapping.
(ésta es una entrada programada porque estoy de vacaciones, pero agradeceré que dejes un comentario, como siempre)
Es magnífico. Pero falta la cerveza a su lado y en cuanto se dé cuenta se va a des-tranquilizar de golpe porque el sofá no cabe por la puerta de la cocina.
ResponderEliminarEstoy viendo a Homer Simpson antes de comer!! increíble. Mis hijos han instaurado el Simpsonismo, esa es la razón de mi sopresa, y siempre lo tengo presente a la hora de comer.
ResponderEliminarUn beso
Brutal, menos mal que puede hacer zapping, pensé que era un relato de terror ;)
ResponderEliminarMenos mal que todavía puede hacer zapping, la fusión ha salido bien.
ResponderEliminarBesos
Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
PABLO GONZ
PD.: Este es un comentario programado. Y se me ocurrió a mí, no a él.
Zapping es el único poder aparente que nos dejan.
ResponderEliminarY con las limitantes de una programación tendenciosa y limitante.