Vuelve sano y salvo, susurró la madre, viendo con horror cómo el miedo a la guerra en los ojos de su hijo empezaba a convertirlo en un fantasma.
(microrrelato presentado sin éxito a la XVII Edición del Concurso de Microrrelatos en Bubok)
(ésta es una entrada programada porque estoy de vacaciones, pero agradeceré que dejes un comentario, como siempre)
Sano, salvo y en casa; pero solo físicamente. Eso queda muy claro.
ResponderEliminarEsa ironía...
ResponderEliminarMe gustó.
Abrazos.
Buen nano para expresar el horror de las guerras.
ResponderEliminarBesos