-¿Y cuándo será el incendio? –preguntó ella haciendo un gracioso mohín con la boca.
Hacía algunas semanas, ella le había confesado que lo que realmente amaba era el fuego. Y ahora, aquella noche, deseándola como la deseaba, no había podido mantener el secreto.
Ella quería su regalo ya y él, tocando la lira, entretenía la espera hasta que la luz de las llamas iluminase su rostro.
(microrrelato presentado sin éxito a ReC)
(ésta es una entrada programada porque estoy de vacaciones, pero agradeceré que dejes un comentario, como siempre)
Ayyy!!!!!!
ResponderEliminarEs precioso, pero me falla el personaje masculino. Se me mezcla Peter Ustinov y la locura malvada de su personaje con lo que podría significar aquí.
Buen guiño con referencia histórica, aquí vemos cómo arde Roma!! Besos y felices vacaciones
ResponderEliminarMe fué imposible evitar el recuerdo de un pollo rostizado.
ResponderEliminarMe pasa como a Montse, me viene a la memoria Peter Ustinov al leer el nombre del título.
ResponderEliminarSaludos