-¿Falta mucho? –preguntó Peque.
-Tranquilidad, compañeras –gritó Paqui-. Ya veo el mar.
-¿Dónde, dónde? –gritó Piqui ansiosa.
-Sólo tenemos que girar la esquina del dibujo, chicas –dijo Paqui intentando tranquilizarlas.
-Yo no veo nada.
-¡Qué ganas! –gritó Peque entusiasmada.
-¿Habéis traído las tablas de surf? –preguntó Paqui tomándolas el pelo.
Y Peque y Piqui se señalaron la espalda partidas de risa.
(microrrelato infantil escrito para la ilustración de Juanlu que veis)
¡Que tierno, Luisa!
ResponderEliminarA mi me causa admiración, dado que soy incapaz de escribir nada para niños. Creo que es un mundo que se me escapa.
Un abrazo.
Lo he leído tres veces con esta y me he dado cuenta ahora del juego entre las conchas de tortuga y las tablas de surf. Con este he sido de efecto retardado.
ResponderEliminarMe gustó mucho cuando lo leí y ahora he visto la sonrisa de las tortuguitas.
ResponderEliminarBesos desde el aire
La primera sonríe, eso sólo puede ser porque ve algo que las demás aún no ven: ¡el mar!
ResponderEliminarEs muy simple pero...me gustó escribirlo.
Me encanta este cuento, Luisa :-)
ResponderEliminarUn beso grandote.
Luisa, que gracioso cuento. Es lógico que el mar está al borde de la página.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tierno y gracioso a partes iguales, me encanta.
ResponderEliminarBesitos
Muy simpático este micro y fusionado con el también simpático dibujo de Juanlu
ResponderEliminarBesos, Luisa