Sabía que el juramento era sólo un acto protocolario más, quizás uno de los últimos antes de empezar a ejercer como abogado pero era el momento que había estado esperando, el principio de mi nueva vida. Tan solemne y antiguo como había imaginado, lleno de palabras repetidas durante décadas y del sonido de las recién estrenadas togas,… Sentía una mezcla de miedo y emoción, estaba asustada y feliz, quería pedir socorro y abrazar a todo el mundo. Por eso, en cierto modo, me alegraba tener la resaca que tenía, que diluía y retardaba mis sentimientos y reacciones. No quería bajo ningún concepto hacer un número pero… confieso que las risas y los codazos de mis compañeros me sacaron completamente de mis casillas.
(microrrelato presentado al III Concurso de Microrrelatos sobre Abogados, mes de agosto)
Luisa, ¿qué hizo la futura abogada?. Miedo me da,entre los nervios y la resaca... Te invito a leer mi microrrelato "Numerología" que ha sido seleccionado también en el mes de Agosto en el susodicho concurso. Un beso.
ResponderEliminarLuisa, has dibujado perfectamente un acto solemne con emoción y también humor, me ha gustado.
ResponderEliminarLa pena que me da que este concurso se acaba ahora en septiembre, espero que vuelva pronto.
Un abrazo.
Me da que su caracter no iba muy parejo con la profesión escogida. ¿Es la hermana mayor del niño de la entrada anterior? Porque parece que la madre le haya escogido la carrera. jeje.
ResponderEliminarEso de asistir resacosa es lo que tiene, te puede pasar de todo.
ResponderEliminarBesitos
Que buen retrato del cocktail que generan la resaca, los nervios y la impaciencia.
ResponderEliminarEnhorabuena, Luisa.
Una tilita no le vendría nada mal a esta chica.
ResponderEliminarBesos, Luisa.
Estoy con MJ. que le den una tila antes de que líe alguna, jeje.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hola de nuevo!! Me gusta, le has dado un toque misterioso que me hace imaginar, y eso siempre es bueno.
ResponderEliminarUn beso