Con decisión puso frente a sí una hoja de papel y cogió un lápiz, pero su pulso no era firme.
Se concentró, la punta de su lengua asomó entre sus labios y empezó con la primera letra.
Media hora más tarde, después de no pocas dudas, borrones y tachaduras, el escritor alejó la cabeza del papel para ver con distancia el resultado.
Tenía cuatro años, acababa de escribir la que era sin lugar a dudas la obra cumbre de su carrera pero, sin darse mayor importancia, la abandonó a un lado y salió corriendo a comerse la merienda.
Me parece fantástico. Si esa fuera la actitud de todos los escritores, sería maravillosa la hora de la merienda, porque sería el premio a la tarea bien hecha.
ResponderEliminarY ese fue el inicio de una carrera llena de éxitos y satisfacciones. Nada como encontrar tu vocación cuanto antes para ser feliz.
ResponderEliminarLuisa, a esa edad ¿qué se quiere? Seguro que empezando así tan joven y con esa determinación será un gran escritor, cuando tenga un poco más de edad.
ResponderEliminarMe ha gustado por original.
Abrazos.
Que tierno!!! Su primera palabra y sin darle importancia. Seguro que su madre guarda el papal como un tesoro.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Jejejeje, el inicio de un gran escritor, sin duda :)
ResponderEliminarCuando lo iba leyendo, por tus descripciones pensé: -es un niño- pero luego me vino a la cabeza: -tal vez sea un anciano- y resultó ser un embrión de escritor.
Me ha encantado la imagen del niño concentrado, con la punta de la lengua asomando entre los labios. Es genial. Todo el micro lo es, Luisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
A lo mejor... todos fuimos un poco así, me gusta pensarlo.
ResponderEliminarGracias por la visita y los comentarios.
Este micro despierta ternura y regala una sonrisa.
ResponderEliminarPrecioso!
Ja, que bueno. Reacción típica de un artista.
ResponderEliminarBesicos.
Coincido con todos: Es muy tierno!!!! Me mata la lengua asomada entre los labios: 99 % transpiración y 1 % inspiración, no?
ResponderEliminarOjalá no tropiece con el comentario crítico que le aleje de las letras, porque actitud le sobra a ese protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo con sonrisa bañada de ternura.
Las cumbres irán siendo mayores (o no). Es buena la actitud del muchacho.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Esa punta de su lengua asomando entre sus labios habla ya del camino que quizás inicie un día. Muy tierno, Luisa.
ResponderEliminarBesitos
Yo creo que este chico es un gran ejemplo a seguir. Sabe dónde está lo importante y no sopbrevalora su grandeza.
ResponderEliminarGracias por la sonrisa. Un abrazo.