En cuanto depositaron la caracola en la esquina del
acuario desportillado, los niños contemplaron atónitos cómo brotaba de su
interior la arena que cubrió el lecho de cristal. Después vieron surgir rocas
de formas caprichosas, el agua que se agitaba con suavidad de bonanza,
estrellas y caballitos de mar, peces de colores, escualos diminutos, el pecio
semienterrado de un galeón holandés, dos ballenitas azules y un submarino
nuclear en miniatura que vomitaba, por la rendija abierta en el casco corroído,
su bilis de plutonio.
Microrrelato
escrito por Elisa de Armas
Ilustración
hecha por Amparo Martínez Alonso
(Si tienes un microrrelato con temática
ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar,
ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y
estás invitado. ¡Muchas gracias!)
Ya ni las peceras se libran de la contaminación. Fantástico relato ecológico Elisa, maravillosamente acompañado por el dibujo de Amparo y ambos lucen genial en tu casa Luisa. :)
ResponderEliminarTres besazos desde el aire
Un acuario tan real, tan real al fondo marino que no se priva ni de los deshechos contaminantes.
ResponderEliminarUn beso Elisa, me ha encantado ilustrar tu historia.
Un beso Luisa.
Estos lunes ecológicos viene bien para que empezar la semana con las alarmas puestas, que nos haga pensar en que el problema no es que sea lunes, sino si hemos tratado bien al mundo durante el fin de semana. Este relato de Elisa fluye plácidamente por el acuario de los sueños infantiles hasta que aparece la realidad adulta. La ilustración de Amparo tiene el acierto de semi tapar el submarino para no desvelar demasiado. Y como siempre te digo, Luisa, tu blog debería ser de lectura obligada en los colegios.
ResponderEliminarVenga.
No es que sea de lectura obligada, lo que debería de ser obligatorio en los colegios es todos los lunes escribir un micro o dibujar algo que sea ecológico para no olvidarnos de lo importante, que somos animales muy burros y necesitamos repetir y que nos repitan mucho las cosas.
ResponderEliminarGracias a todos y besos... "verdes"
La pecera como microcosmos donde cabe todo, lo bueno y lo malo. Genial el relato y la ilustración maravillosa de Petra.
ResponderEliminarAbrazos.
Era todo demasiado idílico para ser verdad... EL submarino atómico nos devuelve a la cruda realidad. Gran relato acompañado de la bonita magen del acuario de Petra, que no nos desvela su terrible final, lo cual es un gran detalle.
ResponderEliminarEste de Elisa es de los micros ecológicos que más me ha impactado y por ello quiero dejarle un ¡Bravo! admirado.
ResponderEliminarEs un relato que fluye plácido en la esperanza hasta asestarnos un golpe de realidad.
La ilustración de Petra ayuda a hacerlo más cercano, más real -si es que ello es posible-.
Un abrazo a las tres.
Qué golpe en el final! Como para que no se nos olvide que somos nosotros, los humanos, los que arruinamos el caldo. Siempre. Excelente relato, Elisa y la ilustración de Petra, maravillosa! Saludos van para todos!
ResponderEliminarTremenda metáfora del acuario del mundo...
ResponderEliminarUna ilustración muy acertada.
Me gusta venir aquí los lunes. Un hurra para las tres.
Besicos
Todo tan suave, tan bonito, tan... hasta que ¡zas! la realidad, reflejada en ese acuario.
ResponderEliminarMuy buen micro y una excelente ilustración.
Besitos
Es muy bueno el efecto final que causa la aparición del submarino nuclear en el idílico cuadro de la pecera. Un texto muy bien calculado, propio de Elisa. El dibujo también es estupendo.
ResponderEliminarNo es el primer "lunes" que paso (aunque hoy sea martes), pero sí el primero que comento. Volveré, cual oscura golondrina.
Besos
Gracias por los comentarios. Es un placer estar en casa de Luisa, que tan bien nos acoge, volveré si las musas se vuelven a ponérseme verdes.
ResponderEliminarBesos a todos y muy especiales a Luisa y Amparo.
Pues debieras volver semana sí y semana no, jájá, porque te ha quedado ¡redondo! : tipo pecera, pero redondo. Ese submarino que haces emerger es la prueba inequívoca de la mano del hombre en todo el proceso. Me gusta cómo haces 'flotar' la imágen.
ResponderEliminarEl dibujo de Petra ....¡genial para este texto! ¡tan realista que toque el cristal por ver si me mojaba el teclado!. Muy bueno.
Besos triples como siempre digo.
Qué maravilla de paisaje pecero, hasta el final, que entonces se convierte en maravilla de microrrelato.
ResponderEliminarY el dibujo, como un guante.
Tres abrazos, a cuál mejor.
Elisa:
ResponderEliminarMuy ocurrente hitoria, donde en un lugar de ensueño infantil se aparece la pesadilla de una tecnología contaminante.
Al respecto, conviene comentar que los submarinos sacados de servico son desguazados y que antes que nada, se les quita el reactor.
Aquellos otros que han desaparecido hundidos, como en el texto, siempre se tratan de recuperar; por supuesto que no es por preservar el ambiente, sino los secretos militares de la nave...
Nadie puede pretender que un militar preserve la vida.
La ilustración de Amparo es muy acorde al texto y nos muestra la belleza idealizada que se puede perder.
¡Felicitaciones!
Un gran abrazo a ambas.