Sequía
desde los cuatro puntos cardinales de la península, pertinaz sequía. El fuego
arrasa indiscriminadamente provocado, por montes valles, llanuras, cerros y
colinas. Cruza vías pecuarias, asalta poblados e incinera rebaños y piaras,
quema todo lo que encuentra a su paso.
Mientras,
los prados pierden su verdor y las mesetas se entristecen porque los malos
aires no dejan crecer los cereales ni las legumbres, ni las vides… y los olivos
al llegar el invierno sólo tendrán olivas negras.
Lloverá
a jarrazos en algunas regiones desbordando ríos, ramblas y riachuelos. El agua
sin esfuerzo buscará el mar sin producir provecho, dejando antes, un rastro de
daño en cultivos y frutales. Muchas serán las pérdidas.
Habrá
llantos y lamentos por las pérdidas de vidas humanas, por los daños a una
naturaleza que quedará malherida. Se disputaran, los políticos la eficacia de
los efectivos y, la previsión en la prevención.
No
habrá juicios, ni se sabrá de los culpables. Pasaran los días, las semanas y
los meses y, llegará el próximo verano, entonces se volverá a oír esa frase tan
manida: “el fuego se apaga en invierno”. ¡Basta ya! Dicen los lugareños.
O
será todo por el desequilibrio climático que azota con “olas de calor” o quién
sabe si será el deshielo del Ártico.
Desde
mi península, ésta es mi crónica.
Firmado: Naturaleza
No Me Molesten En
Verano
Microrrelato
escrito por Cabopá
Ilustración
hecha por Juanlu/Luiyi
(Si tienes un microrrelato con temática
ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte
en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás
invitado. ¡Muchas gracias!)
Qué triste crónica, qué impotencia. Debería titularse "Crónica Repetida". Me gustó mucho, Cabopá. Y el dibujo, Juanlu. Que llevabas tiempo sin dejar uno por aquí, no?.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa.
Preciosa crónica nos dejas en este relato Cabopá, aunque triste y desoladora, creo que a más de uno nos ha superado la impotencia más de una vez al ver que no podemos hacer nada antes ciertas cosas. Bonito dibujo Juanlu, qué bien le viene a esta Naturaleza que no quiere ser molestada.
ResponderEliminarAbrazos para los tres,
Gran crónica, real y dolorosa a partes iguales.
ResponderEliminarQue placer subir un dibujo y ver cómo te lo escriben.
Un besazo a ambas!!!! (uno para cada una)
:)
La calamidad retratada en esta crónica breve y amarga. Y es que la naturaleza humana va a veces contra la Naturaleza, con mayúsculas.
ResponderEliminarcabopá pone el dedo en la llaga.
Un saludo cordial
Es esa señorita vestida con falda larga de flores, elegante y guapa, la que habla, la que nos estamos cargando, la que este verano ha sido quemada por los cuatro costados.
ResponderEliminarAsí de simple. Yo pienso que es muy verdad lo que dice: que no la busquemos en verano, el problema va a ser cuando no la encontremos. Veremos entonces qué pasa.
Un beso a todos y muuuuchas gracias, generosos.
Inundaciones e incendios se repiten tristemente porque, se ve, no hemos aprendido nada de nada. Impotencia ver por estos días en las noticias pueblos enteros de la provincia de Bs. As. arrasados por el agua. Qué cronista de lujo han creado Cabopá y Juanlu! Felicitaciones
ResponderEliminarSiempre es un placer estar en esta ventana que respira buenas letras...
ResponderEliminarEscribí este micro-crónica un día de verano cuando las noticias sobre el fuego eran el primer orden del día. Ha sido una coincidencia en el espacio y el tiempo yo se lo mandaba a Luisa y Juanlu publicaba su dibujo que, llamó NATURALEZA... Como digo en mi ventana la Naturaleza de Jualu de puntillas y semidesnuda, le ha venido como anillo al dedo...
De nuevo, un placer estar por aquí y tan bien acompañada.
Gracias por los comentarios y besicos pa tós...desde mi agencia inventada No Me Molesten En Verano.
Aplausos a raudales, para Cabopá y para Juanlu.
ResponderEliminarTal como dice el ilustrador, es formidable ver cómo nace una historia de una imágen.
Un abrazo a los tres.
Es precioso Cabopá, a pesar de las lágrimas que recorren esa Naturaleza herida. Que si llorara mucho todos los veranos...igual podría paliar tanta y tanta sequia, tantos campos amarillentos y tantos ríos desnudos de su azul verdoso.
ResponderEliminarAy!, que tristeza se destilan de tus palabras, y cuánto nos debemos a esa Naturaleza infinita.
Un beso para tí, para el ilustrador más famoso de la blogosfera, y para Luisa por tener este espacio lleno de gracia y salero.
Esperaba encontrar una historia inventada y me encuentro con la realidad abrumadora que se repite cada vez con más fuerza, y es que pronunciar "ecología" y comprobar todos los caminos equivocados del ser humano que se ha creido siempre el rey y será el primero en desaparecer.
ResponderEliminarUn dibujo precioso.
Felicidades.
Un alegato, una súplica que parece que todos sentimos, pero que alguien (a veces se conoce quién) pisotea, destruye, quema. Cuando la naturaleza sufre, nosotros, antes o después lo pagamos con carencias, con desgracias, con hambruna o muerte. No somos realmente conscientes de cuánto dependemos de la "Madre" Naturaleza. El hombre, guiado por su creencia de superioridad, de dominador, de dueño del medio ambiente, ...lo está aniquilando, sin valorar lo unida que su propia existencia está a la suya.
ResponderEliminarFelicidades Cabopá.
Juan Luis, a ti ya te dije toda la poesía y corazón que me transmitía tu ilustración viva.
A los tres, besos.
Una fusión de belleza ilustrativa y realismo sucio, los incendios que arrasan montes y valles cada verano sin que a nadie parezca importarle demasiado.
ResponderEliminar!Felicidades para escritora e ilustrador, os ha quedado de cine!
Besos,
Aplausos para Capobá y Juanlu. Es magnifico la historia que surge de esta ilustración.
ResponderEliminarBesitos
Un buen resumen de este verano, Cabopá. La Naturaleza protesta, se queja, pero nosotros seguimos molestándola, en verano, en invierno y siempre. bonito dibujo de Juanlu, la madre naturaleza a la que todos deberíamos cuidar más. Enhorabuena a los dos!!!
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