Cuando todos se fueron, con sus rostros llenos de
dolor y vestidos de negro, ella cerró la puerta de casa y empezó a hacerse
cargo del silencio. Él ya no estaba allí, ya nunca volvería a estarlo, aun
cuando en cada rincón pudiese encontrar los objetos con los que habían decidido
decorar su vida. Ahora empezaba otra pelea, otra lucha, una que sólo podía
ganar: recuperar su vida, construirla desde el dolor de su ausencia hasta que
ésta dejase de doler.
Se dirigió a la habitación. En ella
había una cama con un vacío en el que no hacía demasiado tiempo había dormido
él. Supo entonces que no lograría conciliar el sueño en su lado del colchón, es
más, tuvo la certeza de que no quería ser la espectadora triste de esa ausencia
hiriente y constante. Y tomó una decisión: a falta de nadie más, ella misma la
llenaría.
Rodeó el mueble. Allí estaban sus
zapatillas, los libros que apilaba en la mesilla, sus gafas, y de todo ello se
hizo cargo, hasta de su miopía; y al día siguiente, después de un sueño
profundo y reparador, como siempre había dormido él, se afeitó, se vistió con
sus ropas y se dirigió al bufete en el que hasta el final habían trabajado
juntos. Entró en su despacho, en el que él había ocupado, se hizo cargo de sus
casos, de sus clientes. Durante meses asumió la vida que se había dejado
huérfana y llenó el espacio que él había ocupado en el mundo luchando así
contra su dolorosa partida.
Una noche ella, a punto de acostarse,
miró al otro lado de la cama y encontró en su cabeza una pregunta: “¿dónde está
es mi mujer?”. E inmediatamente se levantó, se despojo del masculino pijama y
rodeó el colchón; porque de ningún modo quería que él se encontrase solo o la
echase en falta, porque no quería que él pasase por ese dolor.
Luisa, pedazo de relato. Homenaje al duelo, a la muerte, al ser querido velado eternamente.
ResponderEliminarY luego el giro una mezcla de con Faldas y a lo loco al revés y de "Los otros", dan ganas de seguir este relato por capítulos.
Me ha gustado mucho.Saludos
Eres muy amable. Te dejo que lo sigas tú, eres muy capaz.
ResponderEliminarMuuuyyyy bueno. Me encantó.
ResponderEliminarMuy original y creativa esa manera como nos vas llevando a lo largo del relato y cuando te has sorprendido por el giro que toma, aún rizas el rizo.
ResponderEliminarUn abrazo Luisa