17 de enero de 2014

Él y ella, ella y él

                Cuando todos se fueron, con sus rostros llenos de dolor y vestidos de negro, ella cerró la puerta de casa y empezó a hacerse cargo del silencio. Él ya no estaba allí, ya nunca volvería a estarlo, aun cuando en cada rincón pudiese encontrar los objetos con los que habían decidido decorar su vida. Ahora empezaba otra pelea, otra lucha, una que sólo podía ganar: recuperar su vida, construirla desde el dolor de su ausencia hasta que ésta dejase de doler.
            Se dirigió a la habitación. En ella había una cama con un vacío en el que no hacía demasiado tiempo había dormido él. Supo entonces que no lograría conciliar el sueño en su lado del colchón, es más, tuvo la certeza de que no quería ser la espectadora triste de esa ausencia hiriente y constante. Y tomó una decisión: a falta de nadie más, ella misma la llenaría.
            Rodeó el mueble. Allí estaban sus zapatillas, los libros que apilaba en la mesilla, sus gafas, y de todo ello se hizo cargo, hasta de su miopía; y al día siguiente, después de un sueño profundo y reparador, como siempre había dormido él, se afeitó, se vistió con sus ropas y se dirigió al bufete en el que hasta el final habían trabajado juntos. Entró en su despacho, en el que él había ocupado, se hizo cargo de sus casos, de sus clientes. Durante meses asumió la vida que se había dejado huérfana y llenó el espacio que él había ocupado en el mundo luchando así contra su dolorosa partida.
            Una noche ella, a punto de acostarse, miró al otro lado de la cama y encontró en su cabeza una pregunta: “¿dónde está es mi mujer?”. E inmediatamente se levantó, se despojo del masculino pijama y rodeó el colchón; porque de ningún modo quería que él se encontrase solo o la echase en falta, porque no quería que él pasase por ese dolor.   

4 comentarios:

  1. Luisa, pedazo de relato. Homenaje al duelo, a la muerte, al ser querido velado eternamente.
    Y luego el giro una mezcla de con Faldas y a lo loco al revés y de "Los otros", dan ganas de seguir este relato por capítulos.
    Me ha gustado mucho.Saludos

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  2. Eres muy amable. Te dejo que lo sigas tú, eres muy capaz.

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  3. Muy original y creativa esa manera como nos vas llevando a lo largo del relato y cuando te has sorprendido por el giro que toma, aún rizas el rizo.
    Un abrazo Luisa

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