Eones
después volvió la vista hacia su creación y se disgustó profundamente. Decidió
entonces invertir el proceso: terminó con todos los animales existentes en la
faz de la tierra, incluido el hombre, el más culpable y dañino de todos;
después, sin pausa, siguió con los peces y las aves; a continuación acabó con
las plantas, el Sol y la Luna; destruyó la diferencia entre el cielo y el mar,
mezcló la luz y las tinieblas.
Tardó apenas seis segundos, tras los
cuales volvió a descansar haciéndose el
propósito de no volver a crear nada nunca.
Perfecta rebobinación de los hechos, eones mediantes.
ResponderEliminarUN saludo indio
Mitakuye oyasin
Un buen reseteo no nos vendría mal.
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