Sobre aquellas estacas de madera, las que forman la verja que rodea el pintoresco pueblo, existe una vieja leyenda. Se dice que, con ellas y a golpe de martillo, hombres y mujeres valientes lograron vencer a los vampiros, llegando a acorralarlos dentro de los muros de la aldea y que sólo la presencia de esos pedazos de madera los ha mantenido y los mantendrá a raya durante siglos.
(microrrelato
publicado en el nº 133
de la Revista Digital miNatura, escrito como respuesta a su convocatoria
sobre el tema: “vampiros”)
Luisa, estaba medio dormida pero me he despertado de golpe. Qué inquietante ese pueblo de dráculas. Redondo el micro de terror.
ResponderEliminarSi estabas medio dormida y ya no... buenos días.
ResponderEliminarBuen Ghetto para unos vampiros encerrados tras las estacas, o sea DENTRO del pueblecito. Enhorabuena por la publicación, porque nunca viene mal que le reconozcan a una sus méritos. (Pero dime por favor el nombre del pueblo...no vaya a ser que me confunda el Gps.... ) Besos Luisa.
ResponderEliminarMisterioso, engancha y hiela la sangre.
ResponderEliminarUn beso.
Los vampiros me resultan entrañables y tu historia también. Las leyendas si son siniestras, permanecen en nuestra memoria con más fluidez. Buen micro, Luisa
ResponderEliminarDa para más de una vuelta. Estupendo. Me gustó mucho.
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