La rueda delantera del carrito de supermercado, lleno
de las cuatro cosas que aún tenemos, está rota. Por este motivo avanzamos
despacio y torpemente hacia ese destino que nos hemos fijado y en el que no
encontraremos nada nuevo. Sin embargo, hoy, no me importa, empujo sin parar, me
pregunto qué comeremos; pero siento que el verano y su promesa de paseos
gozosos están al acecho. Me pararé bajo la luz del sol y, cerrando los ojos,
empezaré a recordar la piel que tienes debajo de esas capas de ropa que te han
protegido del invierno. Sí, pronto mandaré a mis dedos a que pinten caricias en
tu piel y en tus huesos. No tenemos nada pero hoy, gracias a esa rueda
traicionera, algo tenemos.
Me gusta ese positivismo en medio del horror.
ResponderEliminarEn la desesperación, un rayo de sol. Buen toreo a la desgracia.
ResponderEliminarAbrazos triples.
Yo, confieso que me gusta. (Algo que no digo muy a menudo)
ResponderEliminarAhora lo que más me gusta: vosotros.
Gracias por la visita y buen finde a todos, sobrevivientes del terremoto, a puertas de la primavera.