2 de octubre de 2017

La vida puede seguir igual

Tras diez años de continuos reproches echándole en cara que llevasen aquella aburrida vida, ella dejó de hablarle y empezó a castigarle con miradas llenas de decepción y desprecio. Curiosamente, para él, con lo fácil que había sido dejar de escuchar los gritos, evitar aquellos ojos, que le acosaban, amenazaban y perseguían, resultó imposible.
Durante un tiempo buscó una solución para aquel problema que atenazaba su tranquilidad y su vida, durante un tiempo.
Ahora despedía a los policías en la puerta de la casa; ellos le daban educadamente el pésame, le pedían disculpas por las molestias, se iban y lo dejaban al fin solo. Él ya cierra la puerta despacio, ya sonríe; por fin, ahora, podría seguir viviendo su mediocre, monótona y miserable vida, ésa que con tanta razón y que tan bien había descrito siempre ella.

3 comentarios:

  1. Qué triste y que duro que se imponga la fuerza.
    Buena semana.
    Besicos muchos.

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  2. Esto estaba programada antes... de lo pasado; y he estado dudando si dejarlo, ponerlo, poner el blog de luto, enarbolar una bandera, callar o qué, estoy muy desconcertada y triste. Ojalá la vida puede seguir más o menos igual para todos, y desde ahí mejorar y ser felices juntos.
    Un beso.

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  3. Triste y con inevitables reminiscencias. Como bien has dicho, "mejorar y ser felices juntos", no hay otro camino.
    Un abrazo, Luisa

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