14 de febrero de 2011

La magia del fuego

El intenso calor la acosaba. Las llamas empezaban a lamer su cuerpo. Y más allá, entre el humo, aún podía ver las miradas llenas de miedo de aquellos que la habían declarado culpable de brujería, a los que atemorizaban su pelo rojo, su rebeldía y su descaro.
Eligió a una mujer que como todas era pálida, vulgar y transparente, ésa que  movía los labios como si rezase y hacía resbalar sus dedos nerviosos por un rosario desgastado.
La bruja logró que las yemas de sus dedos rozasen los amuletos que aún escondía entre la ropa, comenzó a susurrar extrañas palabras y, para cuando concluyó el conjuro, la mujer de pelo rojo era una más entre las personas del pueblo, tan vulgar y transparente como ellas aunque sus labios permaneciesen sellados y no rezasen. Tuvo  que admitir entonces que, gracias a la belleza hipnotizadora del fuego y a los gritos desgarradores de la desgraciada por la que se había cambiado, el espectáculo no defraudó a nadie.

6 comentarios:

  1. Guauuuu, me encanta!!!
    La historia me parece fascinante y el ritmo buenísimo.
    Un beso

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  2. Muy buena la jugada de colocar una bruja pelirroja en la hoguera. Muy visual.

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  3. Hola bello blog,preciosas entradas,si te gusta la palabra en el tiempo, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen martes, besos encantados..

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  4. Impresionante cuento. Genial y con un final efectivo...

    Saludos...

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  5. Me alegro que os haya gustado la historia de brujas, en este caso, brujas de verdad y no mujeres que sólo tenían el pelo rojo.

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  6. Este me ha gustado mucho, muchísimo.
    Besos, Luisa.

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