Las letras que lees te miran y te saludan desde el otro lado. Aquí estoy, una vez perdida la voz alta y reducido a polvo mi cuerpo grande
Hija de carcelero y alquimista. Primogénita en ejercicio siempre; y por lo tanto, transparente y desconocida un tanto.
Prescindible estudiosa de ciencias, en las que trabajó; estudiosa tardía y constante de letras con las que jugaba.
Tez pálida. Pelo rubio-gris-cano. Ojos y labios claros. Nariz grande, operable, que no obstante no fue tocada. Aria, alemana, camuflada entre hojas en blanco.
Querida por no muchos, pero sí por los importantes. De lengua triperina y castellana.
Devota de la mesa, de la cocina y del mercado. De ver, de oler, de escuchar, de tocar la piel cálida, del abrazo y de las miradas. De lo pequeño y de lo grande. De los planes y de cambiarlos. Ansiosa de vida y de vivirla hasta el último instante y vencida en la última batalla.
Ruego que tu crítica sea leve y que tu sonrisa tenga alma.
Luisa, para cuando toque - de aquí una eternidad - prometo, si yo estoy, tener una sonrisa con alma y ser breve comentando, mientras tanto, a seguir leyéndote.
ResponderEliminarAbrazos.
Esto no es un epitafio, esto es una maravilla de micro. Así no vale.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD LUISA.
Gracias a Dios mañana resucitas. Un beso.
La última batalla la perdemos todos.Sigamos disfrutando de esto lo “pequeño” y sonreiremos cada vez con un alma mas divina. Un saludo.
ResponderEliminarP.D. vengo del blog de Rosa
Te aseguro, Luisa, que mi sonrisa tiene alma. Me ha encantado tu epitafio. Eres como yo, devota de la mesa, la cocina y el mercado.
ResponderEliminarNos vemos en la resurrección de mañana
Feliz Navidad
Me ha encantado!!! Yo también volaré contigo en bandada hasta que con mi dinamita nos vayamos al otro lado.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y Feliz Navidad
:-D
ResponderEliminarDesde el mismo lado (yo también morí hoy) te comunico que me ha encantado tu epitafio. Se aprecia esa sobriedad castellana que te caracteriza y que tanto me gusta.
Un abrazo.
Verás, Luisa, yo sonrío más bien porque aún no me ha tocado.
ResponderEliminarNos vemos, lo más tarde posible, con un buen asado y un buen vino, en el más allá.
Abrazos del más acá.
Me pasa como con el epitafio de Elena, es un epitafio digno de la autora y casi un micro como te dicen por ahí.
ResponderEliminarSalut en cualquier caso, vivita y coleando
Preioso, Luisa!!!!
ResponderEliminarlas que tienen alma son tus palabras.
(Gracias por hacerme saber que soy importante, ya que estoy entre las que te quieren y admiran)
Un fortísimo abrazo
Muy bonito, Luisa, nada germánico, sino mas bien te ha quedado un epitafio muy latino por lo sentido. Me ha gustado tu obituario, un genero literario que hoy vamos a resucitar hoy entre todos. Besos desde el mas allá.
ResponderEliminarYa sabes que yo no se hacer las cosas sin alma y corazón, ambas se cuelgan ahora de las comisuras de esta sonrisa que decora mi rostro.
ResponderEliminarUn abrazo!
Mi sonrisa es de un alma grande, grande,grande como tus letras....
ResponderEliminarBesicos
Un abrazo fuerte de los que llegan hasta el otro lado y una sonrisa con alma. Me gustó mucho
ResponderEliminarFeliz ranidad
Maravilloso,al igual que tus relatos, nos revela tu fuerza de car'acter (disculpa la deformaci'on del acento, estoy en laptop ajena).
ResponderEliminarYa ley'endolo suena como que tengo hipo.
FELIZ NAVIDAD Y 2012. Con carino.
Toda una declaración de intenciones, de actitud vital, de desafío y valentía.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Así se hace un epitafio, Luisa! Con esa actitud y ganas de lucha.
ResponderEliminarMi crítica en este caso es imposible y mi sonrisa tiene alma.
Besitos desde el más allá
Genio, figura y una gran sonrisa hasta en la sepultura...
ResponderEliminarBesos desde el aire del más acá...
Siempre me ha gustado el eufemismo "desde el otro lado", tan cercano y, a la vez, tan lejano. Sin conocerte, me hubiera gustado conocerte. Hermosa semblanza. Un abrazo óseo (que no, o sea, un abrazo)
ResponderEliminarEmotivo repaso. Otra escritora que se ha tomado en serio la propuesta. Me ha gustado pues define lo que de verdad has sido y lo por lo que quieres que se te recuerde. Me quedo con "que tu sonrisa tenga alma". ¿Hacer unas fustas de versos en el paraíso?
ResponderEliminarGuau, pero esto iba en serio... Esto tiene categoria... La cadencia me recuerda a Machado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estupendo epitafio, devota de la mesa, la cocina y el mercado. Compartimos esos gustos también, y la sonrisa. Un abrazo
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