G. se retrepó en el sillón y miró a su alrededor profundamente satisfecho. Habían sido días de agobioso trabajo pero el fruto de todos ellos estaba allí, entre aquellas cuatro paredes: un sombrero quizás algo grande, una gabardina manchada de cascarrias, una pistola en el cajón de la mesa y una puerta con un letrero en el que se podía leer: “Detective”. Entonces entró ella, como un torbellino y preciosa, haciendo que perdiese el equilibrio y se esmorroñase.
-¿Te has hecho daño? –preguntó solícita.
-No, gracias, estoy bien. ¿Qué desea?
-Que me tutees y que me contrates. Me han dicho que buscas secretaria.
-Sí, es cierto.
Volvió a mirarla. Era mucho más de lo que se había atrevido a soñar, con aquella mirada llena de jugosas promesas. Empezó a sudar, sacó un pañuelo del bolsillo del pantalón y volvió a sentarse:
-¿Estás acatarrado? –preguntó ella con una cara de preocupación encantadora.
-No, no me escullan las narices es que…
-Babeas. Tranquilo, les ocurre a algunos hombres en mi presencia –dijo con naturalidad.
Poco después el detective G. oía el ruido de unos tacones en el despacho de al lado y empezaba a sentirse como nunca.
De esta historia de detectives me quedo con "esmorroñase". Es un micro lleno de promesas. Me he quedado con ganas de más. Lo podías convertir en micronovela. Un beso y feliz año nuevo.
ResponderEliminarSi, dan ganas de saber más... creo que no estoy acostumbrada a tanto palabro y me suena raro, pero me alegro que las saques a pasear desde el baúl de palabras interesantes.
ResponderEliminarUn abrazuelo
La palabra Cascarrias me trae muchos recuerdos... pero esa, es otra historia.
ResponderEliminarBesos!!
Ya decía Bolaño que esta vida sólo vale la pena vivirla como delincuente o como detective.
ResponderEliminarHe disfrutado del ejercicio de leer buceando -simultáneamente- en el diccionario.
Un abrazo.
Fuimos caminando por sinuosos pasillos con un diccionario entre las manos (fuimos lectores).
ResponderEliminarMe gustó el micro; es como un dulce prolegómeno quizás, aunque muchas veces los prolegómenos son la historia completa. Eso sólo lo sabrán ella y él (y la autora tal vez).
Estuvo muy bueno ver esas palabras, siempre relegadas a piezas de museo, en acción literaria.
Saludos
Una historia que a mí me parece incompleta, por lo que insto a la tal Luisa, recogedora de palabras en vías de extinción, a que la continúe, bajo amenza de mi pistola cargada de...flores de papel.
ResponderEliminarAbrazos de entrada de año.
No me puedes matar Lola, de momento estoy un poquillo muerta (culpa de Manu). No sé si sabré (no lo veo) contar una de detectives o de personas que lo son. Estudiaré las propuestas y sobre todo, me lo estudiaré.
ResponderEliminar¡Venga! que me apunto a esa idea de que debes continuar, Luisa. A mí también me ha gusta ese detective y el uso que haces de estas palabras a punto de extinción.
ResponderEliminarBesitos
Se acabó la Navidad, etra el año nuevo, así que feliz entrada y mejor año!!!
ResponderEliminarPor cierto, he presentao un par de dibujillos aquí http://unaideamuchoarte.blogspot.com/
espero sean de su anti agrado, jjejejeje
¡Jaja! Me ha encantado ver la palabra 'escullar' en tu micro, Luisa. Por cierto, muy bien puesta en su sitio ;-)
ResponderEliminar¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
Un abrazo.
Jeejje, venía sólo a desearte feliz año, gracias por la sonrisa extra ;-)
ResponderEliminarBesos
Merece twittearse, ahora lo subo.
ResponderEliminarSl2