G. estaba dispuesto a todo para que
aquel espejo le contase lo que sabía: argayarlo,
escolingarlo,
hacerle cosquillas, insultarlo llamándolo testel,
cucarlo
y hasta romperlo en mil pedazos aunque eso le trajese mala suerte; pero no hizo
falta alguna, el espejo era un charlatán que se había sentido muy solo.
-¡Qué alegría! ¡Qué mal rato! ¡Ay,
que me temo lo peor! ¿Dónde están Pinocho y su padre? ¿Quiénes sois vosotros?
Oye, guapa, ¿me harás el honor de decirme tu nombre? Vale, que sí, que ya me
centro. Esperad que haga memoria. A la madrastra le tuve que decir que
Blancanieves estaba viva, yo no puedo mentir; pero, cuando se dio cuenta de que
yo jamás podría decirle dónde estaba, decidió castigarme a su manera: ponerme
un marco de madera. La muy… Así conocí al carpintero y a su hijo, muy majos los
dos, oye, y qué problema que tenía el chico con esa nariz, yo no he visto nunca
nada igual. Después, apareció muerto y Gueppetto comprendió que, aunque ellos tampoco
sabían donde estaba la chica, nuestras vidas corrían peligro y me ocultó. ¿Qué?
¿Qué ha muerto? ¡Ay, qué golpe! ¡Ay, que se me parte el corazón! ¡Ay, que me esmorroño!
¡Ay, que pierdo pie! Sujétame, guapa, así, justo así. ¡Ay, qué bien!
***
cómo entretienen tus relatos,
ResponderEliminarsaludos
ja,ja, Luisa, el de hoy ha sido el más divertido. Esta serie ya tiene entidad propia. Un beso
ResponderEliminarMira tú que forma de aprovechar un personaje perdido.
ResponderEliminarBien perdido que estaba el pobrecito espejo, esa es la verdad pero... no sé si tendrá más papel en este caso. Veremos.
ResponderEliminarGracias, por la visita, y un par de besos. Luisa
jajaja, muy divertido. Este espejo es un parlanchín de mucho cuidado.
ResponderEliminarBesitos
Me encantó el espejito parlanchín, la de cosas que ha recordado en un momento, y no se si con sentido o sin él, pero no parece importarle.
ResponderEliminarMuy entretenido tu espejito Luísa.
Besos desde mi mar,
Oye, Luisa ¿dónde lo has encontrado?
ResponderEliminarVerás, es que estoy buscando el mío, ese que heredé de la abuela, y no lo encuentro ;-)
Te ha quedado muy divertido. Me encanta.
Un beso.
El espejo estaba en la carpintería de Geppetto, ¿sabes dónde? Pero no creo que haya muchos más espejos allí.
ResponderEliminarUn beso, Luisa