Ella:
(Uno)sculo, un beso. No me puedes
negar que se lo diste.
Él: Ves fantasmas. Sólo hablamos por
los co(dos), sólo eso.
Ella: No te aguanto. Tus mentiras
son cu(tres), tontas. Me da
vergüenza oírte.
Él: ¿Y tu presencia es ino(cua?Tro)piezas siempre con la misma
piedra. ¡Molestas!
Ella: ¿Y tú? Tú eres un asno
miedoso, un ro(cínco)barde.
Él: ¿Por qué dices eso? ¿Tu madre lo
ha dicho? Porque estoy aquí no pen(séis)…
Ella: Pensamos lo que nos da la
gana. Junto a ti todo se me hace aburrido, ca(siete)rno y estoy cansada, harta,…
Él: ¿Y cómo estoy yo? ¿Acaso bail(ocho)tis? ¿Me divierto, disfruto?
Ella: Chotis, mi(nué, ve)ranos llenos de salsa. E
inviernos, par(diez), seamos claros.
Y en cuanto uno de los dos empezó a
hablar en el idioma del otro, el otro empezó a comprenderlo todo y, en tres segundos, cuatro a los sumo, puso los cinco
sentidos en recuperar los seis años
de amor, ¿o eran siete?, pidió ocho veces perdón, se dijeron ¡nueve! veces que se querían y volvieron
a ser el matrimonio de diez que
siempre habían sido.
Me ha gustado como juegas con los números :D
ResponderEliminarUn saludo.
Aprendí de MJ, ella es genial
ResponderEliminarMe ha gustado mucho LUisa, sobre todo el último párrafo que es un micro en sí mismo. El experimento te ha salido de escándalo. Un beso.
ResponderEliminarQué mareo, jejeje. Siento que la introducción de esos números me ha creado un cierto mareo de incompresión, que me acerca al desasosiego de la pareja. Buen truco de magia.
ResponderEliminarFelicidades :-)
Luisa, muy original este relato de números, que no bailan si no danzan junto a las letras.
ResponderEliminarLos matrimonios perfectos no existen si no se respetan las individualidades de cada uno.
Besos.
¡Olé, Luisa! Te ha quedado perfecto.
ResponderEliminarTe doy un once :-)
Un abrazo.
El problema que veo, es que si uno de los dos no recuerda si son seis o siete años de amor, comenzará otra discusión :)
ResponderEliminarOriginal micro, Luisa.
¡Un saludo!
No te creas, Sergio, si son tan dememoriadas como yo, el número exacto no cuenta, cuenta que quieren estar juntos, que han superado la discusión como van a superar otras y que sienten (siguen sintiendo) que juntos son de diez, es decir, que son y se lo pasan mejor cuando son uno.
ResponderEliminarLas discusiones son inevitables, pero hay que poner las cosas en orden para que no pase a mayores.
ResponderEliminarMe gustó mucho el juego estilístico.
Nos has dejado encanta(dos)
ResponderEliminarTe gusta jugar con las palabras y lo haces muy bien...
Besicos
Muy buen ejercicio, Luisa. y además con una historia romática.
ResponderEliminarBesitos
Estupendo y divertido ejercicio, Luisa. Cuidadín, MJ, cuidadín.
ResponderEliminarUn abrazo. Y otro, para MJ.