En mi pueblo hubo un tiempo en el que las calles se despoblaron: los jóvenes partían a la ciudad y a los mayores les daba por morirse. Fue cuando el alcalde reunió en el Mesón a todos los vecinos para encontrar remedio a la situación. Don Camilo propuso clausurar el municipio y marcharse de allí; Angelillo presentó un proyecto para construir viviendas de lujo, todas en sus terrenos; y unos cuantos sugerimos una caravana de mujeres para los solteros que aún quedábamos por casar. Ninguna de ellas logró la aprobación general. Cuando nos proponíamos a marcharnos, entró de sopetón un joven charlatán, que al parecer estaba al tanto de nuestra preocupación. Venía cargado de un gran baúl que dejó a su vera, tomó la palabra y nos explicó su plan. Se trataba de plantar en nuestros corrales las semillas humanas que él vendía. Para demostrar el éxito del producto, extrajo una maceta de su equipaje y demandó agua al mesonero. Cuando la vertió sobre el tiesto, como por arte de magia, creció una manecita humana con sus cinco deditos. Todos quedamos boquiabiertos ante el espectáculo que presenciamos y nos abalanzamos a comprarle el género. Como escaseaban, el precio se disparó y cada cual fue en busca de sus ahorros. El joven se marchó con un buen fajo de billetes.
Al día siguiente, todos sembramos en nuestras casas las simientes mágicas y comprobamos con el paso del tiempo que de ellas no florecía ningún ser humano ni nada que se le pareciese. ¡Nos habían timado! Pero de este engaño se hicieron eco los periódicos y pronto recorrió la noticia cada rincón del país. Los curiosos aparecieron y se quedaron. En un año se reabrió la escuela, se construyeron varias casas y se inauguró un hostal. La vida brotó de nuevo en nuestras calles y al charlatán lo encontraron plantado como un espantapájaros en medio de un campo riojano.
Microrrelato escrito por Nicolás Jarque
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi
(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)
Ver el lado bueno que a veces se esconde-y mucho-en las cosas no es fácil, por eso me gusta el optimismmo que impregna tus palabras Nicolás. Y del dibujo de Juanlu, lo que más me llama la atención es la fuerza de la mano, enorme.
ResponderEliminarTres abrazos.
El tono surrealista de la historia, con esos toques de ironía y crítica quedan rotos, hechos añicos de sopetón por un final lleno de optimismo y del que sacaron una lección y un beneficio los habitantes del pueblo.
ResponderEliminarY al final, de nuevo nos recuerdas que tal vez no, que todo sea un sueño de alguien al estilo Amanece que no es poco. De un espantapájaros riojano con mucha imaginación y vida.
El dibujo es extraordinario. Acorde al relato de Nicolás.
Abrazos triples
Me ha recordado a los hombres naciendo en el huerto de "Amanece que no es poco" jejejeje. Me gusta como vuelves la historia convirtiéndola en un final feliz.
ResponderEliminarEl dibu genial juanlu.
Luisa gracias por este espacio verde :)
Besos desde el aire
¡Cómo me ha gustado esta combinación de texto y dibujo!
ResponderEliminarFelicidades a Nicolás y a Juanlu.
Aplausos a la anfitriona por esta brillante iniciativa.
Abrazos triples.
Qué bueno el micro, cómo desde el timo se soluciona el problema, y el dibujo de Juanlu, es también precioso y completamente a tono con el texto, sería simpático ver nacer de una maceta un ser humano.
ResponderEliminarBesos a todos,
Me ha encantado Nicolás, esas iniciativas de todos conocidas para conseguir que no se marche la gente de los pueblos. Me ha encantado esa inocencia de la gente al comprar las semillas, ese charlatán de siempre que estafa y saca tajada y ese escarmiento popular en forma de espantapájaros. Final esperanzador. No se puede pedir más. El dibujo, maravilloso. Un abrazo para los tres.
ResponderEliminarPrecioso texto. Melancólico, dulce y con un final que regala luz.
ResponderEliminarPor esa luz, gracias, Nicolás.
El dibujo de Juanlu maravilloso como siempre.
Ah, Luisa: qué haríamos sin vos?
Abrazos por tres
Además de estar escrito de una forma excepcional este micro me encanta porque demuestra que nunca se sabe cómo las cosas nos pueden ayudar. Quizás acertemos sobre quién nos va a ayudar, pero lo más probable es que nos equivoquemos en el como...
ResponderEliminarExcepcional historia; cuando la sangre llegue al río se podrá confiar en los espantapájaros.
Fuerte abrazo.
Felicitaciones al autor y al dibujante.
Nicolás, el hilo conductor que has sembrado en cada frase, invita a abrazar la vida. Y esa fuerza hipnotizadora de la imagen de Juanlu, convierte tu relato en una joya literaria.
ResponderEliminarSaludos.
No hay mal que por bien no venga...
ResponderEliminarBuena ilustración para una buena iniciativa.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Hola Luisa! y compañía :) gracias a todos por vuestros comentarios sobre el dibujo, aunque eso es fácil estando acompañado por tan magnifica historia cargada de esperanza.
ResponderEliminarUn besazo a la anfitriona, un abrazo al escritos y mucha magia y esperanza para los visitantes!!
Un verdadero milagro el que nos cuenta Nicolás, una ilustración magnifica que acompaña muy bien las letras...
ResponderEliminarLuisa tu casa se llena de esperanza unas veces y otras de pesimismo ecológico...Siempre me gustan los lunes y asomarme a tu fiesta...
Besicos pa los tres.
Los lunes, no me cabe duda, son muy buenos días. No hay más que echar un vistazo y ver cómo los micros entran en el ranking de "Lo más leído en el último mes". Me da una envidia....
ResponderEliminarUn beso a todos, Luisa.
Muchas gracias a Luisa y Juanlu especialmente por haberme permitido colar en esta iniciativa, y a todos los que habéis comentado.
ResponderEliminarUn abrazo colectivo.
Seguro que tienes las semillas milagrosas de la inspiración. Fantástico, Nicolás.
ResponderEliminarY el dibu de Juanlu.
Y esta casa tan ecológica de Luisa.
Besos para los tres.
Nicolás, he visto claramente al timador de fondo de esta historia en un campo riojano. Anda allí espantando las aves para que no se coman las uvas que luego proporcionarán el vino en las alegres fiestas de ese pueblecito de tu historia ;), y como hay tantos, y tantos timadores....¡pues chico! que cosechas de buen vino ho han de faltarnos en muchos años.
ResponderEliminarMe han ustado estas semillas porque a veces plantas tulipanes y te crecen lirios, pero no hay mal que por bien no venga. Ambos son hermosos.
Felicidades a Juanlu por la preciosa imágen y a tu semillero particular de ideas ¿qué abono utilizas? .....
Un abrazo triple (uno de ellos para Luisa)
Cuando llego los lunes -o los martes- siempre juego a adivinar si descubro -por su registro- de quién será la firma que encontraré al final del texto. Este olía al Sr. Jarque, sin duda.
ResponderEliminarMe gusta este micro sobre el timo de las semillas y el timador cazado.
Don Juanlu, una vez más, interpreta como nadie las letras de nuestros vicios.
Un abrazo,
vaya embaucador, enterrado cual semilla
ResponderEliminarsaludos
Ironía marca Jarque :) Buen relato que se supera al apoyarse en la estupenda ilustración
ResponderEliminarJo, qué bueno don Jarque. Qué imaginativo. Me encanta el final, que el charlatán sea un angel, un mago venido del campo. Me gusta el tono que tiene de cuento. Y el dibujo, bueno, de Juanlu qué se puede esperar. De los mejores que he leído en esta sección de Luisa, la mecenas ecologista.
ResponderEliminarUn abrazo para los tres (qué racano, uno para cada uno!!!)
¿En tonces la realidad también se inventa?
ResponderEliminarUn gusto leer esta fábula :-)
nunca digas nunca, que la ultima palabra aun no está dicha. Y sino fijate la manera en que desarrollo el pueblo, ni germinando cada una de las semillas vendidas por el charlatán se hubiera repoblado de mejor manera
ResponderEliminarexcelente micro, un placer
saludos
Muy bueno Nicolás, me gusta el tono y como se desarrolla la historia y sobre todo esa puerta abierta al optimismo. Felicidades.
ResponderEliminarY como no a Juanlu por esa ilustración tan acorde con el tema del micro.
Besitos
La ilustración es perfecta y le va como anillo al dedo al micro.
ResponderEliminarImagino todas esas macetas como un cuadro de Picasso.
Muy bueno Nico.
No sé porqué apareció así el charlatán. Al fin y al cabo cumplió, solucionó su problema.
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