La función fue espantosa, más aún rodeados
de histéricos chiguitos,
pero en ella G. y Eva descubrieron algunas cosas interesantes: que Bob, el
actor secundario, llevaba una tirita en la cara, que el espectáculo consistía
sólo en hacerle trastadas y que todo en el mundo era o debía ser marca Krusty.
Para cuando el show acabó habían decidido
que él, y no el payaso, era la persona que buscaban.
-¡Mierda, ya me han pillado otra vez!
–dijo en cuanto entraron en su camerino.
G. miró a Eva sin entender nada.
-G., te presento a Bob, uno de los dibujos
animados más cultos e inteligentes de la televisión, famoso por la pichicharra
que tiene de vengarse de esto o lo otro y porque todas sus venganzas son… –Eva
hizo una pausa- un auténtico fracaso.
Curiosamente el actor no pareció
molestarse quizás porque, como dijo G. algo más tarde, no hay nada mejor que hacer
el rendibú
a un personaje de chichinabo.
***
Hola a tod@s, dejo aquí una nota para invitaros a participar en la selección de los mejores blogs especializados en el género del microrrelato. Las votaciones se llevarán a cabo en mi blog hasta el próximo 20 de junio 2012. Y los resultados se publicarán el 21, Día Internacional del Microrrelato.
ResponderEliminarUn cordial saludo,
PABLO GONZ
Gracias por la invitación. Lo había leido ya en tu blog y... pienso en ello, afortunadamente hay tiempo.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
Le das muy buen uso a las palabras raras y en desuso, me gustan mucho tus historietas porque todas tienen un final magnifico, eres una buena relatitas...
ResponderEliminarBesicos,amiga.
Me encantan tus palabras y la del chichinabo es que me parto cuando la empleas. Qué divertidos me resultan tus relatos teniendo que averiguar, en bastantes ocasiones qué significa la palabra que estás usando.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Luísa,