Llevaba algunas
semanas observando como su reflejo en el espejo llegaba cada vez con mayor
retraso. Comprendió que pronto tendría que aprender a vivir sin él, que tendría
que elegir entre ser un medio hombre o un vampiro.
No encontró toda la documentación
que hubiese querido sobre la vida que lleva un vampiro hoy en día pero, a cada
momento, a la vuelta de cada esquina, podía ver medias personas arrastrándose
penosamente por la vida.
Supo que es lo que no quería ser.
Dejó que su reflejo se alejara y sonrío a su nuevo yo con una sonrisa
diferente, algo extraña.
Segundo final: Dejó que su reflejo se alejara y sonrío; sintió la presión de sus nuevos colmillos, una sensación diferente y extraña.
Segundo final: Dejó que su reflejo se alejara y sonrío; sintió la presión de sus nuevos colmillos, una sensación diferente y extraña.
Para ser medio hombre, mejor ser vampiro. Además con todos siendo medio-hombres, no le resultaría difícil encontrar alimento.
ResponderEliminarBesos
Claro, para ser una sombra de lo que fue, mejor no tener reflejo. A fin de cuentas, para dejar que te chupen la sangre, mejor aprendes tú...
ResponderEliminarAbrazos, Luisa.
Nada mejor que adaptarse a los cambios, sin pensarlo demasiado. Genial micro Luisa.
ResponderEliminarSaludos!
Ser vampiro debe ser bastante interesante y total, si te cansas de chupar sangre, te sientas una mañana a esperar el amanecer y santas pascuas. Peor ser un fantasma. Un beso.
ResponderEliminarVeo que los vampiros tienen mucho tirón entre vosotros, lo cierto es que a mi me encantan, eso de que te muerdan en el cuello,mmm
ResponderEliminarEstá bien eso de encontrarse.
ResponderEliminarSi no ves tu reflejo en el espejo por algo será.
Besos, Luisa
***
Boicot a las letras de verificación.
La primera frase atrapa, es original (mira que habré leído espejeos). Gran denuncia sobre las "medias personas" (cada vez somos más). Y cómo entra en juego el título, la elección fue fácil. No obstante, Luisa, y si me lo permites: El final, ese sonreírse a su nuevo yo, delante del espejo, cuando ya ha desaparecido su imagen, pues no sé. Y con más permisos: quizás puedas revisar esos "tendría", "la vida", "sonrío-sonrisa", tan repetiditos para un micro. Venga, nos leemos.
ResponderEliminarDe acuerdo con Torcuato, boicot a la verificación
Gracias por las apreciaciones porque... aparte de que tengas razón o no, resulta que tienes razón; lo que... creo que tira por tierra el micro.
ResponderEliminarJajajaja.
Un beso, tiene gracia y me lo pensaré, ¿tendrá solución? No sé.
Lo he pensado más: me gusta el "tendría" repetido dos veces, porque da sensación (o eso creo) de que no hay escapatoría.
ResponderEliminarLo del reflejo que se va y sonríe a su nuevo yo, no está fino, porque no puede verse, aunque... ¿puede imaginarse? supongo que sí, pero te doy la razón.
En cuanto a la repetición: sonrío-sonrisa. Voy a ver si, cambiando la frase final, consigo cargármela.
Estos son los buenos propósitos, veremos qué sale.
Gracias.
Luisa, la vida de un vampiro no debe ser fácil, por otro lado, debe carecer de sentimientos, puesto que como los leones deben cazar para sobrevivir.
ResponderEliminarYo no quiero ser vampiro, leyendo tu relato ya lo he decidido.
Un abrazo.
Pues a mí los vampiros no me van y sin embargo, este micro me ha gustado mucho, Luisa.
ResponderEliminarUn beso.
Genial Luísa ¿podemos elegir el final que más nos complazca? la verdad que los dos te llevan al mismo sitio, a lo extraño de la vida de un vampiro, pero teniendo en cuenta la imagen del medio hombre, mejor ser vampiro entero.
ResponderEliminarUn beso desde mi mar,
Me sigo quedando con el primer final. No hace falta verse reflejado en un espejo para ver, sentir o notar una sonrisa extraña. Muchas veces nos miramos al espejo y no nos vemos.
ResponderEliminarCada cual ha de encontrar su camino, aunque sea ajeno a su reflejo. Ambos finales me chirrían un pelín, no se porqué, pero no acaban de cerrar bien el cuadro, en mi prescindible opinión.
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