Me fascina la percepción que tenemos del tiempo, como a veces se nos escapa de las manos y otras, no parece transcurrir...Besos desde el aire
Es como si a veces pudiéramos hacer viajes en el tiempo, pequeñitos, sin saberlo.
Es un placer leerte Luisa. Que bien has expresado esa forma de espaparsenos el tiempo de entre las manos.Besicos muchos.
Y yo que siempre creí que las manecillas eran los barrotes móviles de nuestras jaulas.Es un placer leerte, Luisa.Un abrazo,
Un comentario fantástico, Pedro.Gracias a todos, sois muy amables.
De vez en cuando hay que dejar abierta la puerta de la jaula y tratar de imaginar que puede pararse el tiempo, aunque sea sólo en el instante que dura un beso, o un abrazo de esos que saben a Gloria. Un saludo, Luisa, como siempre, da gusto leerte.
Entiendo ahora que mi vida esté en pause, y el tiempo detenido: mi reloj es digital.Abrazos, siempre
Me fascina la percepción que tenemos del tiempo, como a veces se nos escapa de las manos y otras, no parece transcurrir...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es como si a veces pudiéramos hacer viajes en el tiempo, pequeñitos, sin saberlo.
ResponderEliminarEs un placer leerte Luisa. Que bien has expresado esa forma de espaparsenos el tiempo de entre las manos.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Y yo que siempre creí que las manecillas eran los barrotes móviles de nuestras jaulas.
ResponderEliminarEs un placer leerte, Luisa.
Un abrazo,
Un comentario fantástico, Pedro.
ResponderEliminarGracias a todos, sois muy amables.
De vez en cuando hay que dejar abierta la puerta de la jaula y tratar de imaginar que puede pararse el tiempo, aunque sea sólo en el instante que dura un beso, o un abrazo de esos que saben a Gloria.
ResponderEliminarUn saludo, Luisa, como siempre, da gusto leerte.
Entiendo ahora que mi vida esté en pause, y el tiempo detenido: mi reloj es digital.
ResponderEliminarAbrazos, siempre