Ayer por la noche él se las arregló para que unos paparazzi le vieran entrando en la casa de ella. Hoy, mientras él y ella desayunan, los periodistas siguen afuera haciendo guardia. En un par de días les ofrecerán algunas sumas de dinero por contar esta nueva historia de amor que ellos venderán como un flechazo y que harán durar por algún tiempo aún sin determinar.
Ahora él sale de la casa como si se escondiese, se sorprende al ser descubierto, simula un enfado. ¿Y ella? Ella piensa que ha de evitar enamorarse de ese imbécil aunque siente que quizás ya es demasiado tarde.
Ay Luisa, que tonta somos las mujeres. Muy bueno, y muy de actualidad. ¡Qué madrugadora eres! Un besazo de fin de semana.
ResponderEliminarMe gusta como juegas con el título, y como el amor no entiende de negocios.
ResponderEliminarLuisa, muy original que trates el tema de las exclusivas de la prensa rosa, nunca se me hubiese ocurrido. Pero reflejas bien los montajes que se articulan estos famosillos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si el pillado hubiera sido él me gustaría todavía más, al menos ella se ha dejado pillar por el amor, ese intruso que a veces viene sin ser invitado, pero él...
ResponderEliminarAbrazos.
A ella le va a salir caro el montaje. Le va a costar el corazón.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias por los comentarios y el último.... qué atinado.
ResponderEliminarUn beso a todos, Luisa.
Vamos que "pillada" por todos lados... me gusta como juegas con el título.
ResponderEliminarBesitos
Mejor pillada por los paparazzi que el otro significado de la palabra. Es mucho más complicado de llevar y de solucionar.
ResponderEliminarLuisa, interesante micro. A veces es difícil diferenciar la persona de la imagen que la televisión y la prensa nos transmite. Al final todos somos muy parecidos, y cuando nos quedamos desnudos, sin abalorios, sin caretas, sin falsedades, todos deseamos lo mismo: ser felices, aunque sea sólo un poco.
ResponderEliminarUn abrazo,