Todos en el barrio sabían que, al llegar la noche, ella ocupaba el soportal de la juguetería empapelándolo de cartones y empujando pesadas bolsas. Una noche lluviosa y fría llegó él, dispuesto a pagar el calor compartiendo unas colillas y un poco de conversación, ganándose un sitio junto a ella. Hasta que llegó la fatídica noche en que ella se despertó sintiendo frío y echando en falta sus cosas. Esa noche las lágrimas abrieron un surco en sus mejillas y sus labios susurraron: “Me engañó con su aspecto distinguido y su buena educación, me engatusaron su porte de caballero y sus palabras amables”.
Que triste...se me aturullan los pensamientos...
ResponderEliminar...ya no hay caballeros...¿los hubo alguna vez?
...no se si ella es una mujer triste, a mi, hoy que ya entra el frío, me parece que tener que vivir en la calle es tristísimo, pero ya vemos que nunca se es lo suficientemente triste, se puede ser más...hasta que los surcos de sus mejillas lleguen al alma y la rompan en mil pedazos...
...le robó, corazón y sus cosas, así funciona esta sociedad, esos banqueros, negociantes, ricos cada vez más ricos...
En fin, he dicho que me gustó?...
Besos Luisa!
A ver cómo digo esto... Te leo a diario (es decir, cada vez que publicas) y no suelo comentar por falta de tiempo y porque, en fin, lo escribes todo tan bien que mis comentarios serían repetitivos hasta el aburrimiento.
ResponderEliminarSin embargo, este no me ha gustado. Técnicamente es irreprochable, pero el final me parece innecesariamente burlón. Claro que tú no lo has escrito con esa intención, pero yo como lector (e insisto que hablo de mí, no te tu conjunto de lectores) percibo un tono más humorístico que tierno, más de sketch de José Mota que de micro de Luisa Hurtado. Quizás si hubieras escrito tan solo "me engañó con sus palabras amables", no me hubiera pasado, pero la acumulación de palabras de contraste, me hacen ver esa intención.
Perdóname, Luisa, pero tómalo como una opinión muy personal, probablemente equivocada.
Un beso
Gracias a los dos, especialmente a Depropio por abrir la boca (sobre todo si dice lo que le da la gana)
ResponderEliminarSiempre me ha gustado como criticas y es algo que ya te lo he dicho. Sigue haciendolo. Ah, yo también te leo siempre que publicas y te devuelvo los piropos con creces.
Y ahora el micro. Digamos que... creo que sé qué quiero contar y no he encontrado la formula precisa (y la he buscado no sabes cuanto), a mi el final no acaba de sonarme como quiero. Pero, eso sí, no hay burla ninguna. Creo que esto es lo único que siento, que pueda sonar a burla. Para ella, él era su caballero andante, alguien con quien ha compartido y la ha hecho persona, justo lo que quizas hace tiempo que le han quitado.
Un beso y ¡muchas gracias!
Gracias a ti por encajar tan bien el comentario. Yo ya sabía que tu intención era otra (por eso empecé "a ver cómo digo esto..."), pero esta vez creo que no has logrado el punto que consigues tan fácilmente en otras ocasiones. En cualquier caso, enhorabuena por el otro 99,99% de tus relatos, en español o en portugués.
ResponderEliminarEres muy bueno criticando y escribiendo, Fer.
ResponderEliminarA mí, al contrario que a Depropio no me pareció burlón, aunque podría estar de acuerdo que de haberlo dejado en "me engañó con sus palabras amables..." tampoco hubiese perdido fuerza el relato.
ResponderEliminarA mí me gusta, Luisa y mucho.
Un abrazo.
Yo solo voy a decir que me gustó. Aunque deja un poso de tristeza...
ResponderEliminarBesitos
Eso tienen los canallas, la habilidad de darte lo que en ese momento necesitas para engatusarte y romperte el corazón.
ResponderEliminarUn beso
Las apariencias engañan,
ResponderEliminarque tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Yo creo que está perfecto. De hecho , cuando te lo quitan todo, al menos te queda el quejarte. Un solo "Me engañó con sus palabras amables" es para los que miran, no para el que lo sufre y no tiene otra forma de desahogarse.A veces necesitamos justificarnos por cometer un error y cuanta más justificación damos, más importante es el daño que nos produjo la equivocación.
ResponderEliminarUn beso y perdón por el receso.
Siempre hay algún "listo"...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Está claro que no es oro todo lo que reluce. Por eso hay que andarse con ojo, no puede uno fiarse ya de casi nadie. Bien plasmado, Luisa
ResponderEliminarNo me gusta pero me gusta. Remueve; da igual si lo coges por lado serio o el burlón. Duele igual.
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