26 de febrero de 2014

Caso de libro

El libro parecía inocente, hasta un poco aburrido. Leyó por encima la contraportada y pensó que sólo podía haber sido escrita por un loco conocedor de la particular psicología del marketing y de la natural rebeldía de los humanos frente a cualquier consejo; en otras palabras, era un texto lleno de advertencias, de avisos, de llamadas al pánico y, tras su lectura, nadie podía evitar la irresistible tentación de comprarlo.
Días después, iniciada ya su lectura, le era imposible separar los ojos de aquellas páginas. Dejó de afeitarse, llamó al trabajo alegando una gripe, se olvidó de comer y de ducharse porque… sólo quería leer y leer, sin parar, hasta el final, para justo después empezar a lamentar que se hubiese acabado.
Cuando los vecinos dieron la voz de alarma por el mal olor que salía del segundo, los bomberos tiraron la puerta y la policía encontró el cuerpo inerte de un hombre con la cabeza atrapada por las tapas del ejemplar que estaban buscando, un asesino en serie que una editorial independiente sin escrúpulos había clonado en una elevada tirada.

7 comentarios:

  1. Luisa, libros como estos, a pesar de todo, son los necesarios para enganchar a los lectores y no dejar que se escapen.

    Buen desarrollo y ejecución del micro.

    Abrazos.

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  2. Vaya final tan inesperado Luísa. Me ha llevado al final, como a tu prota, sólo que yo he terminado disfrutando.
    Besicos muchos.

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  3. Para mí que nos narras una cosa que es verdad, tampoco se puede estar uno todo el tiempo leyendo, aislándose del mundo, viviendo una vida paralela. El final no esperado, ese asesino en serie de lectores. En fin, el que lee se embrutece, dicen.

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  4. Qué bueno! parece el principio de una novela negra.
    Besos, Luisa.

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  5. Quién se puede resistir a quedar atrapado por un buen libro...

    Besos desde el aire

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