Supongo que mi hermana diría que es muy guapa y daría
grititos de alegría cada vez que agitase las alas y una nube de estrellitas
llenase la habitación. Es rubia, tiene una melena ondulada que le llega casi
hasta las rodillas y unos enormes ojos azules. Se parece un poco a la muñeca
preferida que ella tiene, ésa que lleva a todas partes, y creo que si la viese
también ella querría una; pero ésta, ésta es mía.
Fue una casualidad
que la cazase. Había salido a buscar mariposas para mi colección y cuando me
quise dar cuenta estaba atrapada en la red. Le he estirado las alas con mucho
cuidado, la he atravesado con un alfiler y ahora intento pensar cómo eliminar
el pequeño reguero de sangre que sale de su cuerpo. Aunque quizás lo mejor sea
esperar y cambiarla de caja, esconder el hada en un sitio en que mi hermana no
pueda encontrarla nunca.
¡Excelente! Lo leí macabro y cruel. Y me encantó.
ResponderEliminarFelicitaciones.
¡Saludos1
¡Qué crueldad!
ResponderEliminarUn beso Luisa
Genial. Me parece que capta perfectamente esa crueldad inconsciente de la infancia.
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