28 de febrero de 2014

Fylgiar

Supongo que mi hermana diría que es muy guapa y daría grititos de alegría cada vez que agitase las alas y una nube de estrellitas llenase la habitación. Es rubia, tiene una melena ondulada que le llega casi hasta las rodillas y unos enormes ojos azules. Se parece un poco a la muñeca preferida que ella tiene, ésa que lleva a todas partes, y creo que si la viese también ella querría una; pero ésta, ésta es mía.
Fue una casualidad que la cazase. Había salido a buscar mariposas para mi colección y cuando me quise dar cuenta estaba atrapada en la red. Le he estirado las alas con mucho cuidado, la he atravesado con un alfiler y ahora intento pensar cómo eliminar el pequeño reguero de sangre que sale de su cuerpo. Aunque quizás lo mejor sea esperar y cambiarla de caja, esconder el hada en un sitio en que mi hermana no pueda encontrarla nunca.

3 comentarios:

  1. ¡Excelente! Lo leí macabro y cruel. Y me encantó.
    Felicitaciones.
    ¡Saludos1

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  2. Genial. Me parece que capta perfectamente esa crueldad inconsciente de la infancia.

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