El pos(trece)rrará la cena, to(doce)sará a nuestro alrededor y diré:
-C(once)deme un deseo.
(Diez)mado mi corazón, sólo espero que ella re(nueve) el amor que me profesaba; ve(ocho)car mi ansia con la realidad, pero… ¡quiero mi amor a(siete)rno! No pen(seis) en mi dolor. El tic-ta(cinco)mbustible del reloj eva(cuatro)mbas de lágrimas, mis lágrimas.
-El pos(tres)e acabó. To(dos)e acaba –dice.
Y (uno)pulento hombre, viene a buscarla y me reduce a (cero).
Bueno, esto es lo que ha salido.
ResponderEliminarConfieso (ya se lo dije a MJ) que hasta que no llegué al dos no supe de qué estaba hablando.
¿El peor número? El diez. Como podeis ver, he copiado el verbo y es que no hay muchos.
MJ escribió del 1 al 13, yo de 13 al cero. No es por ser más, pero es que ese cero es lo que más fácil me salió y era un buen punto final.
Y nada más, ha sido curioso, esto de mirar las palabras desde otro punto de vista.
Y es verdad, el cierre ha sido total.
ResponderEliminarHa quedado genial, si señor.
Un saludo.
No te ha salido mal el intento, no.
ResponderEliminarSeguro que MJ. se pone muy contenta de la contestación.
Enhorabuena!!!
Besos desde el aire
Yo cambiaría el pero choca mi ansia por un veo chocar mi ansia, para evitar ese pero tan cerca del que sigue a la palabra realidad. La entonación queda diferente, también. Pero esto solo es una sugerencia.
ResponderEliminarUn micro encadenado con trece eslabones contando una historia de desencuentro. Muy bien ligado.
Buena observación, Montse, lo cambio.
ResponderEliminarGracias
¡Bravo! ¡Bravísimo!
ResponderEliminarTe ha quedado genial, Luisa. Me ha encantado.
¿Ves cómo no era tan difícil? ;-)
Un abrazo.
MJ: ¿tu crees que se animará alguien más?
ResponderEliminarBravísimo Luisa, me ha encantado, no se nota para nada forzado y la historia es conducida con solidez a lo largo del "descuento". Enhorabuena, el ejercicio no es fácil, cuando el resultado es tan bueno.
ResponderEliminarPara mi lo más dificil fue no repetir a MJ. Si os fijais empecé por un postre y me repetí, tenía que tener cuidado para no irme por ahí y no volver a contar las historias que ella ya había contado.
ResponderEliminarLuisa felicidades por hacer tan bien el ejercicio. Que no debe ser nada fácil.
ResponderEliminarUn saludo grande.
Así se hacen los encantamientos: con palabras codificadas.
ResponderEliminarBravo, hechicera!
Me encanta el experimento.
ResponderEliminarLas palabras no siempre son lo que parecen.
Un saludo.
Te ha quedado genial, mi admiración, Luisa.
ResponderEliminarBesitos
¡Qué pasada ambos! Me encanta la idea y la ejecución. Yo quizás lo eecondería, es decir, lo llamaría Cuenta atrás, pero no marcaría los números para que el lector tenga que descubrir por qué se llama así y busque los números...
ResponderEliminarEnhorabuena
Yo, si leyese un texto como dices Depropio, sencillamente no vería nada. No pienso en números cuando leo palabras y quiero dejarme llevar por una historia.
ResponderEliminarYo necesito que me lo pongan claro claro y aún así.........
Muy ingenioso juego de palabras, un malabarismo de letras.
ResponderEliminarOpulento micro Luisa.
ResponderEliminarBlogsaludos