Mientras su hijo levantaba salpicaduras de un agua grisácea en la orilla de la playa él perdió de vista el entorno. Se encontró de nuevo en su niñez; caminando despacio, unos cuantos pasos por delante del punto donde rompían las olas, para no alertar a los peces que nadaban entre sus tobillos sumergidos en el agua transparente.
-¿Por qué sonríes, papá?
Lo inesperado de la pregunta se la borró del rostro de un plumazo.
Sentado aún en la arena color gris pegajoso comprendió que, después de todo, sería un acto de crueldad contestar.
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)
(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, envíamelo y lo publicaré aquí junto a los otros. ¡Muchas gracias!)
Si sería cruel, si, y el niño no tiene la culpa...
ResponderEliminarMe gustó.
Besos desde el aire
...pues me gusta el borrador, queda bonito aquí en tu blog...
ResponderEliminarMenos mal que el mar todavía es de colores y Candela lo disfruta a manos llenas...
Besos pa Luisa y Montse.
Sólo era un borrador para tí, Juanlu, y ya no lo es.
ResponderEliminarUn beso.
Esperemos que las nuevas medidas para conservar la poseidonea mantengan las aguas transparentes por muchas generaciones.
ResponderEliminarMontse, Juanju, perfecta suma de trabajos!
ResponderEliminarLuisa, gracias por esta generosa tarea a la que te has dado
Abarco a los tres en un abrazo
Gracias; Luisa y Juanlu. Sigo diciendo que me encanta ese salto azul del pez hacia la mano del niño. Un abrazo a tod@s.
ResponderEliminarPrecioso, precioso.
ResponderEliminarBlogsaludos
Sí, mejor no contestar y que el niño pueda disfrutar con lo que tiene.
ResponderEliminarBuen micro y preciosa el dibujo de Juanlu.
Besitos