Aunque eran incapaces de comprender su rocambolesco alegato, el Tribunal Militar escuchaba impertérrito la declaración insólita del soldado. Desde hacía pocos días su fusil había contraído una alergia extraña y ahora solo disparaba rosas. Es más, hasta le estaban creciendo ramas.
Tras la exposición el Juez fue testigo de un hecho surrealista: de las cabezas de los miembros del Tribunal comenzaron a brotar geranios y amapolas. Incluso su mazo era ahora un alhelí.
Terminada la deliberación el Juez dictaminó en su escrito que aquel virus fuera inoculado a todo el Ejército. Desde entonces el país vive una continua primavera.
Microrrelato escrito por Miguel Ángel Molina
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi
(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)
Etiquetas: Ecologistas (Envíame uno)
Un bonito cuento.
ResponderEliminarUn relato al más puro estilo clásico de cuento, me ha encantado, y la ilustración -como es natural- no falla, una delicia.
ResponderEliminarComo me gusta tu labor ecologista,como me ha gustado el micro de Miguel Ángel y el dibu de Jualu.
ResponderEliminarAllí donde los dibujos y los sueños he dejado mi comentario...
Por mi cierta edad he recordado la Revolución de los Claveles de Portugal que pronto cumplirá un año más...
Besicos a los tres, por aquí es festivo, por eso mi rapidez en venir a ver...
Cambiar sapos por primaveras, es un hermoso intercambio. Bello, recuerda aquella época donde las flores eran tan importantes como símbolo de esperanza, búsqueda y libertad.
ResponderEliminarFelicitaciones a Miguel Angel Molina y Juanlu.
Maravillosa conjunción.
Quizá llegue el día, Miguel, en que veamos cosas extraordinarias como esta. Ojalá!!!
ResponderEliminarBello, Juanlu, tu trabajo jamás defrauda
Gracias por este espacio, Luisa!!!!
Tres puñados de besos
Que pena de juez, ya mismo lo inhabilitan, o le hacen un juicio...
ResponderEliminarMuy buen micro. Y el dibujo, pues eso...
Abrazos.
ya llega la revolución, llega la primavera!!!
ResponderEliminarUn abrazo enorme a mis compañeros de viaje, Miguel Ángel y Luisa (A la que felicito un lunes más por su cumple, no os molestéis los demás, es un juego nuestro, jejejeje)
Un poco utópico, un militar sin ganas de guerrear, pero eso es en fin lo que nos gustaría. Ojala la naturaleza fuera capaz de sustituir balas por pétalos. Aunque hay precedente en la "revolución de los claveles".
ResponderEliminarFelicidades al trio.
¡Cómo me gustan los lunes en esta casa!
ResponderEliminarEste cuento de Don Manuel y la ilustración de Juanlu me ha llevado a la Revolución de los Claveles.
Yo, que me crié en una América del Sur regada de dictaduras, siempre deseé que aquel espíritu de los Capitanes lusos cruzase el Atlántico.
Un abrazo,
Vivan las primaveras como esta ¡sí señor!, que crezcan espinos en las nucleares, y racimos de margaritas en los tanques, crocus violetas en los misiles y rosas en las mentes militares.
ResponderEliminarFelicidades a los tres ( a Luisa, por supuesto, porque todos los lunes parece su cumpleaños!!).
Un abrazo
Así deberían ser todos los ejercitos...
ResponderEliminarBesitos a los tres
Y es cuando las flores sustituyen a las armas todo es más bonito. Pasó en Portugal con sus claveles, que evitó una guerra civil o similar.
ResponderEliminarMe gustó esta idea.
Un abrazo y gran micro.
Gracias a todos por vuestra visita y a Juanlu que sigue felicitándome por mi cumple y no lo es.
ResponderEliminarGracias Miguel por el micro y a Juanlu por lo fresco del dibujo
Aunque con un poco de retraso paso por aquí para darle las gracias a Luisa por traer hasta aquí mi micro, a Juanlu por la hermosa ilustración que me regaló y a todos los que habéis dejado aquí vuestro comentario por vuestras generosas palabras .
ResponderEliminarBesos para todos.