Anoche,
entre copa y copa, su único compañero en los confines del universo le hizo la
proposición a la que habían estado acercándose de puntillas durante meses.
Demasiado
lejos de cualquier ser de su raza, desesperadamente solos y necesitados de
alguien con quien hablar, habían logrado salvar con educación y tacto las
barreras que había entre sus especies.
Sin
embargo seguían solos y sabían, ahora sí, desde su último fracaso, que lo
estarían para siempre. Esto parecía haber hecho que su compañero tomase la
iniciativa y pusiese sobre la mesa el
problema que iba a determinar el tipo de relación que habría entre ellos de
ahora en adelante. La pregunta era: ¿se iban a someter a las operaciones
quirúrgicas que les permitirían tener contacto físico y paliar de este modo esa
necesidad acuciante que no dejaba de obsesionarles?
Interesante reflexión. Yo siempre me muevo entre si el sexo está sobrevalorado o infravalorado en una relación. Cosas de la bipolaridad.
ResponderEliminarEste es un micro que con una dosis ajustada de humor sutil nos lleva a reflexionar, Luisa.
ResponderEliminarA mí me hace preguntarme por las necesidades reales en un momento así. Solos en el universo, ¿qué nos hará falta?
Me marcho dudando.
Un abrazo.
¿Que haríamos si nos encontráramos en esa situación? Algo en que pensar invita tu relato.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡El contacto físico! Una necesidad básica, con la que nacemos. Interesante reflexión para hoy en día.
ResponderEliminarLuisa, me ha gustado tu micro "Relaciones universales". Creas espectativas, emoción desde el inicio, con ese acercarse de puntillas. Obligas a posicionarse al lector: ¿qué haría él?
¡Ahí nos dejas!
Besitooos
Ah no no no ! Se han puesto todos de acuerdo! Esta semana precisamente no me lo preguntes. Touché! :( no comments jaaaaaa Saludos van, maestra!
ResponderEliminarYo me operaría. Pero digo, quién? entre ellos? Ah, eso si que no, a mí sólo me operaría la seguridad social!!
ResponderEliminarOtro, Luisa,